jueves, 2 de abril de 2015

El jardín prodigioso

[La Candelaria en los Jardines de Murillo]

Ha despertado la bella durmiente y en el jardín que selló la maleza hay un clamor de luz vegetal. Espinos, zarzas, cardos y acantos enroscados en las verjas con su escuadra inextricable de púas y corazas de leño, ceden ahora el paso a una lluvia malva de glicinias, de guirnaldas de rosas y pámpanos de oro. Las campanillas tintinean y un ascua de plata azul reverbera en la gruta prerrafaelita. A lo lejos aún ruge el dragón abatido. Bajo el encantamiento de una luna creciente somos caballeros del Grial y entramos en el templo ungidos de pureza, con la cota de malla y la espada de fuego.


(Estampados, William Morris, 1834-1896)

2 comentarios:

Jesús Cotta Lobato dijo...

Un libro como ese me gustaría a mí leer.

José María JURADO dijo...

Gracias, Jesús ¡y a mí!

 
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