jueves, 30 de julio de 2015

"Pulp" fiction


Lóbrego Lovecraft, a ti te culpo,
tus sombrías y densas pesadillas
pusieron en mis sueños la semilla,
me condenaron al horror del pulpo.

No el redondo y dorado calamar
que colma los grasientos bocadillos
de la villa manchega, cuyos brillos
fulgen de Atocha al Barrio del Pilar.

Ni tampoco la sepia escurridiza
en campos de lechuga y de limón,
emblema del verano, digestión
de las playas de Huelva a las de Ibiza.

Menos aún las láminas gallegas
con cristales de sal y pimentón,
esmeraldas lucientes de Padrón
y amarillas patatas de la vega.

Sino el pulpo irreal cuyos tentáculos,
armados suciamente con ventosas,
instilan la simiente tenebrosa
a las doncellas sobre el tabernáculo.

Lóbrego Lovecraft, te he derrotado
una tarde de ocaso a la parrilla:
acechabas, taimado, en mi sombrilla
y acabaste tostado y loncheado.

Honor, en fin, a este inmortal molusco
que de las aguas claras de Samoa
vino a morir a nuestra barbacoa
servido con cebolla y con lambrusco.

Lóbrego Lovecraft, nieto de Poe,
¡cómo temo tu cósmica venganza!
Todo Cthulhu se atisba en lontananza
y es la culpa la pulpa del pulpo que me roe.


Punta Umbría, 28 de julio


Museo de Ciencias Naturales, Madrid, 18 de julio.

Museo Arqueológico Nacional, Madrid, 18 de julio.

Zoo de Madrid, 16 de julio


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