jueves, 22 de abril de 2021

El virus de Fumanchú


[ADVERTENCIA A QUIEN LEYERE]:

(Cualquier comparación con Miguel Bosé es pura coincidencia, yo me peino con la raya al lado.)

Para identificar que el virus es de origen humano no hace falta, aplicando los principios deductivos consagrados por Poe en las historias misteriosas del detective Auguste Dupin, ni siquiera desplazarse a Wuhann.

En el misterio de Marie Rogêt resolvió Poe, a partir de las noticias de los periódicos, el crimen de la estadounidense Marie Cecilia Rogers. Él ubico la historia en París y dice la leyenda -que no hay por qué verificar en ningún ministerio de la verdad- que sucesivas informaciones forenses demostraron, al cabo de los años, la certeza de sus hipótesis.

Importante: afirmar que el virus es de origen humano no implica, aunque se bordee la conspiranoia, ningún negacionismo de lesa humanidad. Al cabo de lo que se trata aquí, como en los cuentos de Poe, es de un pasatiempo intelectual.

1. El virus surge en la ciudad donde está el laboratorio que investiga a los virus. Lógicamente de haber sido una invención humana habría salido de estos laboratorios. Podríamos hacer el cálculo de probabilidades de que un virus natural surja en la misma ciudad donde se investiga el virus artificial o quiróptero, pero yo creo que no merece la pena, que es menor que la de la probabilidad de existencia de vida en la tierra.
2. El virus es muy desigual. Como agente tóxico es más bien malo, falla más que una escopeta de feria. A priori no sabes a quién matará o no. Que las cosas no salgan bien a la primera es algo propio de la técnica humana. Basta ver las primeras calderas de vapor o cómo estallaban los cohetes que subían a la luna, por no hablar de las bombas nucleares. La naturaleza, sin embargo, es perfecta y homogénea en sus efectos. Y cuando no es el caso se habla de alergia, de síndrome, pero no de enfermedad con excepciones arbitrarias.
3. Si no bastara con el punto 2 para sugerir que de algún modo la replicación del RNA "se encasquilla", tenemos el LONG COVID. Está claro que quien sufre la versión larga de la enfermedad lo que está padeciendo es un fallo del sistema operativo del virus, como cuando se bloquea el móvil por una app mal instalada. Ya no hay antivirus que lo arregle.
4. Que el virus no afecte a jóvenes y niños solo puede obedecer a que una inteligencia humana haya localizado una debilidad inmunitaria a partir de cierta edad. Es curioso que la muerte la produzca, precisamente una reacción inmunitaria agresiva. Esto la naturaleza no lo habría hecho así. La famosa gripe española mataba más uniformemente y más a varones recios que a sujetos físicamente débiles.
5. Que en menos de un año existan ya más de cinco antídotos para neutralizarlo nos recuerda aquella vieja enseñanza, piensa mal y acertarás, de que solo quien conoce el problema sabe la solución.
6. Refuerza 5 el hecho de que tengamos tan pocas noticias sobre la evolución del virus en el interior de China y en toda la zona del Sudeste Asiático.
7. Realmente no creo que en Oriente hayan sido vacunados masivamente o por el agua o la coca-cola sin ellos mismos saberlo. Lo más natural es pensar que allí la inmunidad de rebaño se alcanzó con infinitamente más muertes que en Europa o, alternativamente, que exista una predisposición genética sobre las otras razas que es algo que si yo fuera Fumanchú y me obligaran a a encontrar un mecanismo para aniquilar a occidente, investigaría y mucho.
8. La cuestión de las cepas también es sorprendente, el estudio de identificación de las cepas se limita a que el virus la tenga más o menos larga, la espina. Parece que el símil es fácil de entender, pero nada se nos dice sobre el resto de proteínas. Esta proteína es la clave, por cierto de las vacunas y yo creo, por lo que venimos hablando, debe de ser lo que desarrollaron en Wuhan.
9. Las nuevas vacunas parece que hacen que nosotros mismos, tras el pinchazo, recodifiquemos la espícula descrita en 8. Claro, esto que hacen tan fácilmente nuestro propio cuerpo, en un laboratorio lleno de chinos es imposible de hacer....
10. Realmente importaría poco si el virus es humano o no, aunque la gran prueba a favor de su humanidad es el descontrol que ha generado. Da la impresión de que se les ha escapado a medio fabricar, como si se hubiera hecho explotar una bomba en el Álamo. Hombre y yo creo que cuando los países se dedican, de Irán a USA, a fabricar bombas atómicas también echarán un rato en esto de los patógenos, ¿no?
A estos diez argumentos se pueden oponer fácilmente otros diez que demuestren su origen natural, pero basta considerar el hecho de que la pregunta tenga sentido -y de que los argumentos existan- para que la afilada navaja de Ockam caiga del lado de lo artificial.
¿Cuándo se pregunta alguien si lo han timado sino cuando se ve desplumado? Antes de tomarse a sí mismo uno por tonto se recurre a cualquier silogismo exculpatorio, como por ejemplo que las uvas están verdes o que el virus venía, como en un kinder sorpresa, en la tripa de un pangolín nuclear.
Como queríamos demostrar.



1 comentario:

José María JURADO dijo...

Ja, ja, tienes toda la negacionista razón del mundo.

 
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