Tendido aquí,
bajo el magnolio chino,
tras el
umbral de pétalos de seda
que
lentamente caen de la copa
hecha solo
de flores como pájaros,
soy ahora el
príncipe Siddhartha,
me asomo al
Himalaya del espíritu.
En las corolas rosas de sus ramas
se han
cerrado los párpados del mundo,
nada he de
sentir bajo su sombra,
ni el
devenir del ser o la conciencia
ni gozo ni
dolor solo el perfume
de la
magnolia abierta como un loto:
¿estoy fuera o dentro de mí mismo?
Bajo el
trono del árbol resplandezco
transverberado
en un nirvana rosa.
Magnolio chino, Pabellón de Marruecos 1929, Avda de La Raza (Sevilla), 10.02.2020 |
Saint-Säens, Melodías del Japón
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