sábado, 13 de noviembre de 2021

PALABRAS PRONUNCIADAS (improvisadas) EN EL HOMENAJE A AQUILINO DUQUE EN EL REAL CÍRCULO por sus amigos.


"Hace ahora un año que en este misma casa, cuando el homenaje a Bécquer, presentábamos a Aquilino Duque, antes del vídeo que acabamos de ver, como el más joven de los poetas de Sevilla.
Poco podía imaginar que a la vuelta de un año vendríamos a festejarlo todavía más joven: si el año pasado honrábamos el 150 aniversario de la Gloria de Bécquer, celebramos ahora los dos primeros meses de Gloria de Aquilino Duque.
A mí no me cabe duda de que Aquilino, por la cristiana vida y muerte que tuvo, está ahora en el Cielo con su amigo Gustavo Adolfo porque a esa estirpe de luz pertenecía, y como en el poema becqueriano que le hemos escuchado recitar, desde el Cielo se escapará por las noches y vendrá a visitarnos en los sueños, como ha hecho ya con más de uno.
Está la sala llena. No es común cuando se habla de poesía, pero no no sucede así porque arrastren más público los poetas muertos o los poetas grandes, Aquilino es ahora nuestro poeta más vivo, porque no hay poetas grandes (o pequeños), hay poetas de verdad.
Poetas a quienes sus lectores, agradecidos, sienten latir en su corazón, y a quienes quieren agradecer con su presencia esa parte de ellos que el poeta verdadero ilumina con sus versos.
El mayor honor que podemos hacer a un poeta es su lectura. Esto hicieron los amigos de Bécquer, publicando sus obras. Hay mucho parecido, salvando las circunstancias de la edad, entre la muerte de Aquilino Duque y la de Gustavo Adolfo Bécquer. Al morir, Bécquer era un poeta conocido y reconocido solo por sus amigos, un poeta conservador en una España revolucionaria, que había echado a la Reina y que se preparaba para la Primera República, de infausto recuerdo. Ideológicamente Bécquer esta fuera del pensamiento dominante en su tiempo. Sabemos que lo mismo ha sucedido con Aquilino, por eso tenemos que leerlo y darlo a conocer, porque su palabra es la de todos y su poesía está por encima de las ideas porque habla al corazón del hombre y la belleza.
Se ha mencionado la cuestión del flamante y nefasto Cervantes de hoy, pero eso son oropeles, el premio Cervantes es engrandecer el idioma y eso lo hizo Aquilino con creces, además, como dijo aquel, de vivir Don Miguel hoy el premio se lo darían a Lope de Vega.
Sigamos, pues, leyendo, a Aquilino Duque. Y yo lo voy a hacer ahora leyendo este poema, qué tantas cosas nos dice de su vida: desde la amistad con Alberti cuyo verso remeda, a esa profesión de fe que es escribir "A. D. 1931", que no es Aquilino Duque, sino Anno Domini, año de 1931 en que sonaban los yunques de Machado y Alfonso XIII huía corriendo a Roma."
A.D. 1931
Yo nací, respetadme, con el cine sonoro
y ahora, francamente, prefiero el cine mudo.
Las palabras estorban y el silencio es de oro
y si llega la noche que me encuentre desnudo.
Es la hora de coro
de las ranas; es la hora del grillo.
Se oye un tañido de campana,
el golpe contra el yunque de un martillo.
Yo nací junto a un cine de verano en Triana
entre fraguas y alfares.
Lo primero que vi fue la Torre del Oro,
luego una ermita entre encinares
y una linterna mágica y una cámara oscura.
El rey salía huyendo por el Campo del Moro
a buscar en Italia su ventura.
Yo nací, respetadme, con el cine sonoro.
AQUILINO DUQUE. "Entreluces" (Editorial Renacimiento)


Fotografía de Pepe Morán.

1 comentario:

Carlos Martínez Aguirre dijo...

Preciosas palabras y maravilloso poema. Descanse en paz Aquilino.

 
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