De, "Cúpulas y Capiteles", Isla de Siltolá, 2010.
COLOQUIO DE MIGUEL DE CERVANTES Y LOPE DE VEGA
Callle del León, esquina Francos, Madrid 1616
Callle del León, esquina Francos, Madrid 1616
A Elena y David
[Lope]:
Siempre hay una luz en esa casa, a todas horas don
Miguel escribe, calle arriba de Francos al León, con la espuela ya puesta en el estribo y el cuerpo
deformado por el agua. Pobre viejo. Me avisan sombras negras que no salga, pero
Amor no me da tregua, calle arriba la noche me seduce con su fuego y yo no soy
más que un comediante que ha saldado su talento en las corralas. Miro otra vez
la luz estremecida, ¿qué tengo yo que mi
amistad procuras? Te enfrentas a la muerte con la pluma como si fuera el
yelmo de Mambrino y es tan heroico el mundo levantado en tu escritura que por
cierto se confunde con la vida. ¡Oh,
cuánto fueron mis entrañas duras! ¿Cómo pude enviar a mis secuaces a
encerrar a tu Quijote en la casa del Nuncio de Toledo? Toda mi vida es sólo un
decorado, fracasé en Inglaterra con la Armada y apenas fui capaz de sostener a Cristo
entre mis manos. Pero tú has conocido la cárcel y la pólvora gloriosa que
mutila, la burla de la Corte,
los destierros y el desprecio vergonzante de las mujeres de tu casa y aún eres
amigo del perdón y de los hombres. Debiera golpear la aldaba de la puerta y
ofrecer a su merced las buenas noches. Mañana, don Miguel, mañana mañanamos.
[Cervantes]:
Tejados de Madrid, diablo cojuelo, algarada de
eunucos y rufianes, calle abajo del León a Francos, del corral a la noche Lope
pasa, barraganas, blasfemias, embelecos, la ronda villanesca de los cómicos y
las flores de Olmedo deshojadas. Cerremos los postigos, Sancho amigo, basta ya
de comedias de la Corte
que yo jamás veré representar las mías, mientras que a este bribón mudado a
sacerdote el vulgo lo idolatra y lo festeja -¡es de Lope!-, y por culpa del
lopesco Avellaneda cabalga fatigado Don Quijote tras el Carro de las Cortes de la Muerte. El mundo es un
teatro, Sancho bueno, y también es un teatro la escritura, después de tantos
años de trabajos sólo dispongo del viento en los molinos, de los odres vacíos y
las almas gastadas por la pluma. Aquí tienes tu ínsula de sombras. ¿Dónde está
la verdad y quién la finge? Habrás de saber, amigo Sancho, que trocaría harto
contento mi Persiles y aun la gloria perpetua de Lepanto por una sola de sus
rimas. ¡Pasa, Lope! Calle abajo del León a Francos, Fénix de los Ingenios,
Monstruo de la Naturaleza.
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