[Horacio, Ovidio, Propercio,
Catulo]
resplandecía
la caricia en el cuerpo acariciado
y un rumor de palomas por el Tíber
anunciaba la aurora.
como un ara la espalda desceñida
y los ojos azules casi negros,
una sombra Propercio entre cipreses,
recibe Cintia el beso de la luz,
la mañana que nace de la noche.
Sobre la piel dorada Goethe escribe,
de la flor aún cerrada de este día
¿qué aguardar si los dioses me destruyen?
y arden ahora las cúpulas de bronce,
rosas rojas de sangre de Julieta,
odio y amo, Catulo de Verona,
y aquel violín de Hungría, Ovidio en el Danubio
que rasgaba la clámide de César
hasta tornarla púrpura
porque Roma es Amor y Amor es muerte.