De la compilación, antecedida por unas interesantísimas reflexiones: Cuatro consideraciones discutibles acerca de la poesía taurina nos dice el autor: “A la poesía taurina le conviene ser menos taurina y más poética”.
Esa es precisamente la novedad de esta publicación al abordar con criterios estrictamente literarios la presencia de lo taurino en la poesía escrita en español desde la segunda mitad del siglo XX: José Hierro, Pablo García Baena, Aquilino Duque, María Victoria Atencia, Fernando Quiñones, Francisco Umbral, Luis Alberto de Cuenca, Felipe Benítez Reyes, el propio Carlos Marzal o Santos Domínguez son algunas de las piedras angulares de un libro necesario.
Verse entre estos nombres da, aproximadamente, el mismo vértigo y responsabilidad que verse anunciado en la Feria de Abril o en San Isidro.
Según Marzal el toreo está destinado/condenado a ser un espectáculo minoritario, es probable, es quizá justo y necesario. En este sentido la apuesta de José Tomás en Nimes el año pasado ha marcado un hito ineludible sobre el que prontamente tendremos buenas nuevas editoriales.
Empieza la feria de los toros, que Dios reparta suerte a todos, también en la otra feria, en la de las vanidades, donde las cornadas no se ven venir.
Les dejo con la reseña que de la antología ha hecho el maestro Santos Domínguez.
Plaza de Toros, Isla de Siltolá, 2010 |
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