Bajo la sombra grave de la
noche
y decrépitas calles que
oficiaban
un tributo macabro a la
belleza,
llegamos a la plaza y a la
luna
como quien llega al mar, aquí,
la muerte.
En esta elipse orbita
la perfección del barroco.
Sobre el antiguo estadio de
Domiciano
los palacios y fuentes se
suceden,
se suceden los pórticos, las
cúpulas,
y la Iglesia Triunfante
glorifica
la sangre de los mártires.
No hay muchos escenarios así
sobre la tierra,
pero si apartas el telón
verás los huesos
apilados tras siglos de
dolor.
Aún rugen en las gradas las
masas poseídas
por una sed de sangre no
saciada
y entre aquellas hogueras la
pureza
subía hacia los cielos como
un cántico.
Mirad la luna llena,
hecha del mismo mármol que los
siglos
alumbrando los ojos de los
muertos,
viene a pasar revista a
sus legiones.
¿Por qué estamos aquí?
Piazza Navona, Roma, 13 de julio |
Caspar van Wittel - Piazza Navona, Rome |
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