Para Paloma María
Para que tú
movieras esta tarde
los brazos
como alas de paloma
Edgar Degas
pintó en una buhardilla
la muselina
rosa de tu falda,
y en las
noches glaciales de Moscú
las bandadas
de cisnes acudieron
al regazo incendiado
de Tchaikovsky.
Para que tú agitaras
en el aire
tus
diminutas piernas de libélula,
trazó el
bastón de Marius Petipa
el paso a
dos silente de la nieve
en palacios
de inviernos imperiales,
y en un lago
de hielo incandescente
moría Anna Paulova
cada noche.
Estos son los
tratados de armonía.
Pero, ¿cómo
explicar este misterio
de seis años
y un mes y balbucientes
pasos de
ruiseñor sobre las tablas
si no nace
la danza del amor
que siente
por el cuerpo el cuerpo mismo?
Sal otra vez, pequeña bailarina,
vuelve a arder
como el fuego, no te importe
quemar mi
corazón, y transfigúrate,
porque hoy
eres un cisne y solo un cisne.
Paloma María, junio 2016 |
Bailarinas, Degas |
El lago de los cisnes, Tchaikovsky (Obertura)
2 comentarios:
Sublime y conmovedor. Gracias. Feliz verano.
Cuánto me quieres, Jesus. Feliz verano.
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