A los trabajadores de La Vespa Bermejales con gratitud.
Como aquella aldea gala de los tebeos de Astérix resisten las terrazas al vírico invasor y, sobre todo, a las administraciones y medios que se empeñan en asfixiarlas.
Injustamente vilipendiadas, me parece que pocos lugares hay más seguros que el puro aire libre, al menos para las unidades familiares o para quienes sin amontonarse cumplan con las normas elementales.
Yo no conozco un lugar mejor para leer en estos días de bibliotecas y parques cerrados.
En estos tiempos de penuria me parecen los únicos espacios inmunes a la tristeza, los únicos lugares que aún nos recuerdan, liberado el rostro del bozal, la vida como era.
1 comentario:
Qué bien lo has descrito: la máscara de Belcebú.
"Los mismos periodistas que repiten una y otra vez con sádica euforia sus letanía del terror son los únicos libres de llevar la máscara de Belcebú."
¿Podría citarlo con tu nombre? Es perfecto.
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