domingo, 8 de enero de 2023

Palabras con alas

 

Mis poemas, a veces,

se prosan en las ramas,

pían, pero no vuelan,

gorjean, pero sin abrir las alas.

 

Hay versos que parecen cacatúas

y a otros, como a los rabilargos,

les sobran muchas sílabas.

 

Hay versos colibríes,

petirrojos, urracas y abubillas,

y otros, que nunca vuelven,

como las golondrinas.

 

Nunca los ruiseñores

de Keats y el romancero

o el gorrión de Claudio

hacen temblar mi rama,

ni aunque les ponga migas.

 

El poema de mil alas no vuela,

y ojo con no partir la rama

pues el pavo real y la gallina

también tienen costumbre de subirse.


A lo lejos planean los albatros,

el águila real y el buitre

siempre en círculo en torno del Loewe.


(Para tanta rapaz nunca hubo jaula).


Mis palabras aladas

no quieren despegar.


¡Qué buen oficio el de taxidermista!

Ahí siguen prosados mis poemas.




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