domingo, 31 de agosto de 2008

Una Biblioteca

Como decíamos ayer esta es la lista de mis perdurables amigos, de mis humildes recomendaciones.

Empiezo por Borges y sus obras completas -cuentos, ensayos, prólogos y poesía- que ocupan una estantería sola. Borges es una invitación a la felicidad y una fiesta de la inteligencia. Si tuviera que elegir uno solo de sus libros, no podría, si me obligaran, hoy diría que FICCIONES, si tuviera que elegir un cuento: EMMA ZUNZ, si tuviera que elegir un poema: LANOCHE CÍCLICA. Por afinidad se sientan junto a Borges, Italo Calvino y NUESTROS ANTEPASADOS o LAS CIUDADES INVISIBLES, les acompaña Juan Perucho cuyas HISTORIAS NATURALES -el relato de un vampiro en el Maestrazgo Carlista-me descubrió la alegría de que en España (Cataluña) una Literatura Fantástica es posible. EL MANUSCRITO ENCONTRADO EN ZARAGOZA, del excéntrico conde polaco Jan Potocki, que se suicidó con una bala de plata limada de un samovar, con su colección de muñecas rusas y macabros sucesos en Sierra Morena, son las MIL Y UNA NOCHES del siglo XVIII y, junto con los cuentos árabes, cierran esta litera fantástica de mi biblioteca, por la que se asoman también Dino Buzzati (CUENTOS) y Gustav Meyrink (EL GOLEM).

La poesía en español de la primera mitad de del siglo XX sigue a los espejos y fantasmas referidos, aquí está todo Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez y todo Lorca y todo Cernuda y Gerardo Diego y Aleixandre y Guillén y Emilio Prados, Neruda... fue una media centuria de platino y brillantes. Mis preferencias son Lorca, Cernuda y JRJ. Y Rubén Darío, que los preside a todos, a caballo entre dos mundos y dos siglos.

Como una cura de humildad aparecen anexos los poetas españoles actuales, recientes y modernos, no daré nombres, el tamaño de la estantería es fijo, aquí es donde hay más rotaciones, pero se han quedado para siempre José Hierro y su CUADERNO DE NUEVAYORK y el BRONWYN de Juan Eduardo Cirlot.

Viene luego una sección de pensamiento y filosofía bastante vanidosa, donde se lucen la calavera de Adam Smith, Wittgenstein, Ortega y Gasset, Leibniz, San Agustín, Tocqueville, Bertrand Russell o Stuart Mill, no los he leído a todos, ni los comprendo a todos, pero el que más me gusta es Nietzsche y ASÍ HABLO ZARATUSTRA, porque es poesía.


En la sección de poesía en inglés veo ahora a Wordsworth, Keats, Yeats, Blake, Dylan Thomas, Shakespeare, Eliot y Ezra Pound, sin duda se queda más que corta para la tradición literaria más hermosamente larga, valgan por todos LA TIERRA BALDÍA y LOS CUATRO CUARTETOS (Eliot), con LOS CANTOS (Pound) y los SONETOS del bardo de Strafford.


De entre todos los idiomas que he estudiado y he empezado a olvidar el alemán es el más musical: todo Rilke, Goethe, Hölderlin, Heine...Rilke me parece hoy el más grande poeta de todas las épocas y las ELEGIAS DE DUINO contienen las claves del ser.

En francés están juntos ¡cómo no! Verlaine y Rimbaud, pero también Valéry y S. J. Perse, LAS ILUMINACIONES (Rimbaud) son la alquimia del verbo puro con la que todos los días me drogo. Además de con los Paraísos Artificiales de Baudelaire.


En otros idiomas me acompañan Odyseas Elytis, Leopardi, Pessoa, Seifert y la Antología de Poesía China de Marcela de Juan.

La narrativa está también ordenada por idiomas, en inglés: HISTORIAS EXTRAORDINARIAS (Poe), MOBY DICK (Melville), HISTORIA DE DOS CIUDADES (Dickens), LA ISLA DEL TESORO (Stevenson), KIM (Kipling), ULISES (Joyce), AL OTRO LADO DEL RÍO Y ENTRE LOS ÁRBOLES (Hemingway), EL RUIDO Y LA FURIA (Faulkner), EL GRAN GATSBY (Fitzgerald), ON THE ROAD (Kerouak), cito sólo algunos antes de llegar, otra vez a Francia, pero ¿quién querría cruzar el Canal de la Mancha con semejante Pléyade?


Creo que EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO (Proust) vale por todos los libros enumerados, pero no puedo dejar de leer la obra del otro Marcelo (Schwob) VIDAS IMAGINARIAS. Y la mejor educación sentimental, para mí, siempre vendrá de Stendhal EL ROJO Y EL NEGRO, LA CARTUJA DE PARMA, y mi deuda con el gran René de Chateubriand no se pagará nunca por mil veces que lea EL GENIO DEL CRISTIANISMO o LAS MEMORIAS DE ULTRATUMBA. Entre los novelistas del siglo XX, Malraux y LA CONDICIÓN HUMANA, Camus y LA PESTE.


Rusia es una de mis debilidades, en una zona de mi biblioteca siempre hay nieve, y troikas enganchadas a trineos e inmensas llanuras y palacios de invierno e istbas, mujiks y gulags: Dostoievsky (LOS HERMANOS KARAMAZOV, NOCHES BLANCAS, CRIMEN Y CASTIGO...), Gogol (EL CAPOTE, ALMAS MUERTAS), Turgueniev (PRIMER AMOR), Chejov (CUENTOS, LA GAVIOTA, EL TÍO VANIA, EL JARDÍN DE LOS CEREZOS), Nabokov (LA DEFENSA), Brodsky, Pushkin... Pero me voy a quedar hoy y siempre con el DOCTOR ZHIVAGO de Pasternak y GUERRA Y PAZ de Tolstoi, porque son más anchas y grandes que Rusia con y sin Georgia.


En Alemán Kafka lo ocupa todo (EL CASTILLO), pero es que el Imperio Austrohúngaro nos dio unas últimas luces espléndidas: Zweig (MEMORIASDE UN EUROPEO, MOMENTOS ESTELARES DE LA HISTORIA) y Joseph Roth (LA CRIPTA DE LOS CAPUCHINOS, LA MARCHA RADETZKY).


En cuanto a la novela en español, además de la hornacina donde reposan juntos Cervantes y Shakespeare y Dante y la Biblia (que suenan "divinamente" en todos los idiomas) hay dos estanterías con Galdós (EPISODIOS NACIONALES, FORTUNATA),Unamuno (SAN MANUEL, BUENO, MÁRTIR), Azorín (LA RUTA DE DON QUIJOTE), Cortázar (CUENTOS), Carpentier (EL SIGLO DE LAS LUCES),Juan Rulfo (PEDRO PÁRAMO, EL LLANO EN LLAMAS) y García Márquez (CIEN AÑOS DE SOLEDAD).


Sigue esta biblioteca portátil con los clásicos castellanos: EL POEMA DELCID, EL LAZARILLO, LA EPISTOLA MORAL, entre los anónimos, y siempre, siempre, siempre: San Juan de la Cruz, Fray Luis de León, Quevedo, Góngora, Lope de Vega, Calderón y Bécquer. ¿Elegir no es sacrilegio? Aún así me emociona mucho y más que nadie Lope, pero la belleza, verso a verso de Góngora, no me produce un estremecimiento menor. Y Bécquer es el idioma que habla el amor.


En fin termina la biblioteca con los clásicos grecolatinos, desde LOS LÍRICOS GRIEGOS ANTIGUOS, a las tragedias de ESQUILO, EURÍPIDES y, sobre todo, SÓFOCLES, y en latín Horacio (ODAS Y EPODOS), Virgilio (GEÓRGICAS, BUCÓLICAS, ENEIDA), Propercio (ELEGÍAS) y, como hemos empezado por Borges, nuestro Homero, termino cíclicamente por la ILÍADA y la ODISEA ¿termino?

Mejor decir empiezo. Porque este viaje no se acaba nunca.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha abrumado sumergirme en la lista de tus indispensables, que a excepción de dos como mucho, creo que son nombres imprescindibles. Nombres de los que por pecado imperdonable me quedan bastantes por leer. A veces lo veo como un criterio, como el más objetivo de los criterios, para no publicar. Sé que puede no tener nada que ver, pero hoy iba pensando en este tema. En el asunto de qué es lo mínimo por ser lo genial y la analogía que se me venía a la cabeza era la de salir de la carrera sin haber leído a Kant o a Heidegger o etc. Es decir, que si quieres ser escritor qué menos que tener una formación básica.
Alberto

Anónimo dijo...

Ahh, pero además de las divagaciones, lo bueno es que esta entrada me da muchas ganas de leer, o las aumenta, porque estoy ahora con Umbral y con un mono de lectura bárbaro. Por cierto, ¿has visto la peli Las Invasiones Bárbaras? qué te parece?
Alberto

José María JURADO dijo...

No he visto la película, pero me han hablado muy bien de ella. Sin duda la lectura es el combustible para la escritura, pero hace falta la chispa del trabajo ¡y que se dé bien!

Anónimo dijo...

Está muy bien. Otro día tienes que hacer el mismo artículo pero al revés: todos los amigos de los que te han hablado tan bien y que aún no has tenido el gusto de conocer ;D

José María JURADO dijo...

Oye, pues es muy buena idea, la ignorancia da la medida de la felicidad disponible, ¡tanta!

 
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