“Epitafio a Mr. Spock y otros poemas fantásticos”
Carlos Martínez Aguirre (Madrid, 1974) nos ha regalado un libro de poemas extraordinario, la afirmación es literal en sus dos términos: el libro se puede descargar aquí y la colección de piezas que lo componen, por el imaginario desplegado, convocan un universo fuera de lo común, muy alejado de los escenarios uniformes de la última poesía en español.
Carlos Martínez Águirre es un filólogo clásico con una contagiosa pasión por los idiomas y un profundo conocedor de sus métodos didácticos. Acérrimo defensor de la adaptación de la pedagogía conversacional propia de las lenguas modernas a las lenguas clásicas, pertenece al conjunto de los happy few capaces de conversar en griego clásico, leer el Talmud en hebreo o disertar en latín.
Pero además, CMA es un apasionado aficionado a la informática y a las aventuras conversacionales, y también un polemista lúcido (y en ocasiones radical) lo que hace de su web http://erasmusreloaded.blogspot.com/ un festín permanente y un recurso imprescindible para estar bien informado en la galaxia blog.
Actualmente CMA es profesor de Español en un Instituto de Enseñanza Secundaria en Normandía.
Pero sobre todo, y gracias en parte a este bagaje intelectual, CMA es un gran poeta, dotado de una especial habilidad para imbricar los aspectos más felices de la imaginación y la literatura con la emoción vital. Todo ello sustentado sobre un lenguaje poético en esencia modernista y clásico.
En 1997 resultó finalista del XII premio de poesía Hiperión con la “Camarerá del Cine Doré y otros poemas”. Lo más interesante de aquel libro era el uso de la versificación explosiva de Rubén Darío en unos años marcados por la homogénea y a veces tan átona dicción de la poesía de la experiencia, pero puesta al servicio de una línea clara –con el ascendente evidente de Luis Alberto de Cuenca- en la que, además, el poeta renunciaba deliberadamente a los fuegos fatuos del numen:
¡Buen provecho, lector!
Mi libro es como un sandwich en Preciados,
listo para comersesin pensar,
de un bocado
y seguir disfrutando de la calle.
Podía leerse en la dedicatoria-prólogo de aquel libro, dedicatoria que el mismo desarrollo de los poemas, especiados con la gran tradición occidental, se encargaba de desmentir
Tal vez el amor sea solo literatura
que cambia con el tiempo. Supongo que nosotros
no amamos como Shakespeare, ni Shakespeare como Dante,
ni Dante como Safo, ni Safo como nadie.
Estoy convencido de que este desapego a lo accesorio, a las guirnaldas y las servidumbres de la poesía oficial (cada vez más inexistentes gracias a Internet), a los fuegos artificiales de los premios y las embajadas que requieren las publicaciones han propiciado este regalo que es
“Epitafio a Mr. Spock y otros poemas fantásticos”.
CMA ha declarado que le gustaría haber escrito poesía social, pero que le resulta imposible. Tras la lectura de este libro es fácil entender las razones: en una historia lírica y literaria como la española, regida por el realismo y el suprarrealismo a partes iguales, no deja de ser una provocación la proclamación descarada del triunfo elemental de la fantasía escapatoria.
Fantasía que llega a ser en sí misma una denuncia de las nuevas escalas de valores y los sistemas de vida por los que nos despeñamos, así el poema “Tusitala” es toda una declaración de principios:
Si los cuentos que oímos eran sólo palabras
de aquellos que dejaron su vida en los burdeles
hablando de aventuras, de odios y de amores.
Si las viejas historias de reinos olvidados
eran sólo cenizas de violentos monarcas
y príncipes inicuos, ciegos por la codicia.
Si todos los relatos que siempre me encantaron
de misteriosos hombres y extranjeros acentos
no eran más que el refugio de tristes perdedores:
¡Bien está! ¡Que así sea! ¡Algún día los jóvenes
alcanzarán la gloria del último triunfo
sobre la inteligencia! ¡Que sea en hora buena!
¡Yo prefiero quedarme aquí, con mis piratas,
mis náufragos perdidos, mis reyes sanguinarios,
con todos sus anhelos de ambición y miseria!
El día en que estos mueran sólo pido a los dioses
que mis huesos se sequen en el mismo sepulcro
en que se pudran ellos y sus sueños.
En esta colección de poemas CMA lleva a cabo una apropiación de los mitos contemporáneos para hablar de los temas de siempre con un lenguaje deliberadamente poético porque no se avergüenza de serlo. Y así, bajo la sombra tutelar de Rubén Darío, pero también de Manuel Machado, (y sin dejar atrás otras poéticas más “actualizadas”, véase el poema fragmentarista dedicado a “Los Watchmen”), el autor se recrea en un universo literario en el que prima la visión utópica de un mundo que es un perfeccionamiento de las visiones infantiles y adolescentes (los comics, la ciencia ficción, las series de televisión), y que, en sus momentos mejores, destila una belleza serena, con cierto aliento trascendente, como en el poema “Cuando en lo alto...”
Cuando en lo alto
no existían aún las dimensiones
ni el espacio, ni el tiempo,
en el Primer Instante,
los dioses se agolparon, sorprendidos,
sobre el súbito aroma del hidrógeno.
La llegada de aquello
anunciaba el comienzo del ocaso.
Poesía, al fin, optimista, que proclama una indudable fe en el poder de la literatura, en su combinación de tiempos y espacios para construir un mundo mejor.
Ven conmigo al país de todas las ciudades.
Tomaremos las plumas de dos aves de paso
y así conseguiremos sellar los pasaportes
sin responder preguntas completamente absurdas
(de “Viaje al País de todas las Ciudades")
o
“queda roto en el alma de la ciudad
que con mirada olímpica de diosa antigua
alza su llama y dice: ¡perseverad!”
(de “Nickel Odeon)
Ahora que los cuasi manifiestos de la llamada postpoesía, tan de moda en los suplementos culturales, hacen uso y abuso de la estética digital para hundirse en naderías insustanciales, Carlos Martínez Aguirre anuncia una poesía postatómica, anclada en la gran literatura, trascendente e intranscendente al mismo tiempo.
Somos el universo que se piensa a sí mismo,
como un viejo marino que busca el septentrión.
Que mis versos no sean un grito en el abismo
sino el rayo de un láser orientado hacia Orión.
(de “Poética Postatómica”)
Las variaciones sobre estos presupuestos estéticos, lejos de estar agotadas, nos siguen deparando, como en el caso que nos ocupa, excelentes resultados poéticos.
domingo, 1 de febrero de 2009
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7 comentarios:
Qué puedo decir, José María: muchas gracias por un comentario tan erudito. Hay varias exageraciones sobre mis supuestas virtudes, pero bueno, advirtiendo al lector que se trata de una crítica de amigo, creo que luego no se me tendrá muy en cuenta. De nuevo muchas gracias, me has alegrado el mes, como poco :D
Pues gracias por la recomendación, José María. La tendré muy en cuenta.
Yo fui uno de los que reseñé LA CAMARERA..., desde entonces no había vuelto a tener noticia de CMA, así que gracias por la información.
Pero regalar, regalar, no: para descargarse el libro hay que pagar 6.90 E (lo cual, dicho sea de paso, me parece muy justo).
Apreciado Enrique, muchas gracias por pasar por aquí, como indica Carlos la opción de los 6,90€ es para los nostálgicos del libro encuadernado, en el mismo enlace deberías poder descargártelo gratis. Si no prueba con el link.
https://www.blogger.com/comment.g?blogID=120105365606040714&postID=4200784749814193493
Por cierto, ¿dónde se público la reseña?
Perdón, el enlace correcto es:
http://www.lulu.com/items/volume_64/5215000/5215947/5/print/Epitafio_a_Mr_Spock_y_otros_poemas_fantsticos.pdf
A ver si ahora
http://www.lulu.com/items/volume_64/5215000/5215947/5/print/Epitafio_a_Mr_Spock_y_otros_poemas_fantsticos.pdf
Lo más cómodo es leerlo aquí:
http://sites.google.com/site/epitafioamrspock/
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