lunes, 1 de junio de 2009

Aunque pierda

Quienes me conocen saben que todavía no sé quién ha ganado la Copa de Europa de Furbo, ¿El Manchester? ¿El Brasil? Aún así, ¿quién puede pasar por este inmenso corral llamado España ajeno a los trances futboleros? Uno tuvo en su día un corazón verdiblanco: blanco por un Madrid que representaba los valores del honor y de la casta lucha, verde por la bética esperanza y la sangre de los derrotados.

Del Madrid, mejor ni hablamos, como ya dije en otro sitio los canapés del Palco del Bernabeu han descastado a la afición y a la política nacional, pero vivo muy cerca del Benito Villamarín ¿se sigue llamando así? como para sustraerme al dolor de mis vecinos y familiares.

Pero yo lo prefiero en Segunda, los vencidos arrastran la épica de los pueblos errantes que algún día alcanzarán (alcanzaron) la Tierra Prometida.

¿Quién quiere ganar? A un caballero sólo le interesan las causas perdidas (Borges) y yo, a diferencia del madridismo y de algunos béticosevillistas, aún soy o quiero ser un caballero.

Creo en la grandeza de los derrotados y quiero recordar al Betis con este texto viejo de Píndaro y Postguerra, que escribí un día después de un balonazo y el subsecuente delirio. Que yo a esto del furbo le dedico lo justo:

Aunque pierda. Radio Moscú anuncia que el equipo del pueblo ha ganado el campeonato de España -alcanzaron la gloria con sus puños- y en los corrales de Triana canta Concha Piquer un amor imposible y fatal. La tarde de domingo sestea en el hogar del pensionista, pero en los transistores reverbera la alegría humilde de los goles que se marcan en los campos de tierra: a través de la segunda división y del desierto una ilusión verdiblanca ha cruzado cuarenta años de penuria para recibir el Santo Grial junto al río Manzanares, en la basílica grande de las derrotas deportivas. Nunca nos arrebatarán el miedo del portero ante el penalti, pero siempre tendremos la bandera de la esperanza, Verde como el trigo verde y el verde verde limón. Aunque pierda.

En su versión original, con escudo, aquí.


Menos mal que Morante bordó el toreo en Las Ventas...

3 comentarios:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Qué arte tienes José María, qué arte¡¡¡¡¡

Un abrazo.

Juan Antonio González Romano dijo...

Pues nada, lo dicho: enhorabuena por el descenso, je, je.

Anónimo dijo...

Una de las cosas que hecho de menos de Francia es que ahí no te enteras de que el fútbol existe, salvo que te interese. Incluso puedes ver el telediario sin oír hablar ni una palabra de fútbol. Aquí es una peste.

 
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