miércoles, 9 de septiembre de 2009

Cocacola

Durante la feria de abril me invitaron a leer mi poesía en el Instituto Maestro Diego Llorente de Los Palacios con motivo del Día del Libro. Para no aburrir ni al alumnado ni al profesorado titulé mi charla "Literatura e Imaginación" y leímos, sobre todo, a los poetas que de verdad merecen la pena, los que van a durar mil años. Repasamos juntos ese puñado de libros imprescindibles que nos convierten en seres mejores, instrumentos contra la realidad desde la imaginación, con la brisa siempre a favor de la esperanza y la libertad, que es lo que da la Literatura, no dire la buena, sino la única.

Pero al final, ellos mismos -los alumnos-, me rogaron que les leyera algo de lo mío. Alguien que me quiere mucho y muy bien propuso mi "famoso" texto (no diré poema) sobre la cocacola... En fin, hoy repasando en el Analytics las estadísticas del verano, dentro de la habitual gimnasia ególatra del letraherido ("espejito, espejito, quién tiene más lectores que yo") me he encontrado con más de cien búsquedas específicas de este "almanaque". Lo cuelgo aquí por si a la Coca-Cola Company le viene bien cerrar un acuerdo publicitario para las próximas navidades y, sobre todo, como testimonio de gratitud hacia los jóvenes y profesores con los que, a lo que parece, pasamos un rato burbujeante.

Coca-Cola


Vírgenes de Atlanta, regaladme la espumosa ambrosía de antracita, vosotras, que bien pudierais administrar la copa a Júpiter mejor que el garzón de Ida, ofrecedme una crátera sin fondo para esta felicidad bituminosa, hecha de burbujas y de logotipos. Yo sé bien que en cada chispazo de vuestro néctar habita un agente camuflado de la CIA y que detrás del anhídrido carbónico, se ocultan mil secretas adicciones y el poder, dicen -¡insensatos!- de corroer las tuberías y devorar las entrañas de los niños o deponer incómodos gobiernos. Pero yo adoraré siempre las frescas mansedumbres de vuestras fuentes enlatadas, los elixires embotellados de eterna juventud que reponen mis exhaustas fuerzas, vuestros anuncios que dan la vida eterna a quien los mira. Desprecio la hidromiel de los vikingos y el zumo prensado de la uva que hace gritar a las bacantes y enloquece a los jinetes con corbata, prefiero la modesta dicha iridiscente del cuerno rojo donde arde vuestra alegría y desprecio hasta el agua de los ríos. Vírgenes de Atlanta, estoy rendido al torrente diario que deforma mi cuerpo de pobre capitalista envenenado, os he vendido el alma, a cambio, que no me falte nunca la fórmula secreta y, a ser posible, fría.


Se publicó originalmente aquí.

6 comentarios:

JSM dijo...

Que cojones tienes, amigo.

Anónimo dijo...

Maravillosos.

Supongo que la habrás visto, pero en cualquier caso...

http://www.youtube.com/watch?v=F55JdJLD3Sk

José Miguel Ridao dijo...

Muy bueno, José María. Es un poema, sin duda, pero olvídate de acuerdos publicitarios, que a los yanquis les tienes que escribir más clarito, para que se enteren.

Ah, y me ha gustado regular eso de alumnado y profesorado, que tú no eres de la LOGSE, hombre.

José María JURADO dijo...

Querido, JSM, más los tiene el toro.

Planseldon, ¡uno dos tres! Qué gran película, me marcó la infancia y puede ser el primitivo origen del texto.

Ridao, muchas gracias. Soy Logse consorte, pero "fueraparte" de eso: alumnado y profesorado son palabras correctas, otro caso es el uso desmedido y vacío al que os obligan.

Cin dijo...

...Soberbio
Agradable leerte

Saludos

José Miguel Ridao dijo...

Sí, sucede con eso como con la palabra "mayormente", que del mal uso que se le da nadie la utiliza por miedo a ser tachado de inculto. Ah, y no se dice "fueraparte", sino "afueraparte", hay fallos que son imperdonables...

 
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