Con motivo de La Noche Larga de los Museos la Asociación de Amigos del Museo Arqueológico de Sevilla me ha invitado a participar en el recital de poesía que se celebrará el próximo Viernes 18 de Septiembre al filo de la madrugada (00:00 h).
Será en la Sala de Diana Cazadora y en la amistosa compañía de las poetas Rosario F. Cartes, Carmen Rodríguez Gutiérrez y Lola B. Sousa.
El programa completo de la Noche Larga se anuncia aquí.
Pocos escenarios pueden igualar en intensidad poética a un salón de antigüedades grecorromanas, si acaso una abadía en ruinas, un prado celta, un cementerio romántico bañado por la luz de la luna...
Casi parece una afrenta alzar la voz en esta galería de estatuas donde se escuchan los siglos rumorosos de Itálica famosa: son dulces las melodías que oímos, pero aún más dulces las que nunca escuchamos (Keats, "Ode on a grecian urn").
En el díptico que se ha editado para la ocasión figuran estos textos que leeré, si nos son favorables los idus de septiembre, bajo el amable influjo de los astros y el juicio severo de los mármoles.
Estáis todos invitados, y luego nos tomamos una copa... o una crátera, ya puestos.
MUERTE DE CÉSAR AUGUSTO
Una brisa suave mece los trigales de Mérida, la Pax Romana acaricia las espigas de oro, rezuma el aceite en los azumbres y el vino de las ánforas convoca el frescor del Guadiana, jubileo de las legiones. Desde Tracia a Numidia las estatuas de Octavio jalonan las calzadas del Imperio (los bárbaros acechan al otro lado del Danubio, azul como el hierro de las hachas melladas). Virgilio ha soñado con una mujer encinta que deambula en una acémila por las calles de Roma porque toda la tierra debe ser empadronada: AUGUSTUS CAESAR, DIVI GENUS, AUREA CONDET SAECULA*. Una lluvia de mármol de Carrara desciende sobre el Foro desterrando para siempre el adobe y el ladrillo y el Príncipe entra en la muerte a través del panteón de Agripa, luminoso como un dios del verano. ¡Ave Augusto, salve Agosto!
*Virgilio, Eneida, VI: "Augusto, raza de un dios, que fundará siglos de oro".
BATALLA DE FARSALIA
Junto a la estatua de Alejandro, en la playa gaditana de Sancti Petri, llueven lágrimas de laurel y el viento de levante agita las arenas del desierto de Gedrosia. Vidas Paralelas, arma virumque cano. Zar, Sha, Káiser: CAESAR. Pompeyo huye a través de los Balcanes acechado por los chacales de Anubis.¡Fuera de esta Hermandad quien no haya echado su suerte y cruzado el Rubicón! En la llanura de Farsalia Panorámix reparte las últimas dosis de la marmita y Obélix talla sobre un menhir los jeroglíficos del calendario juliano. Divide et impera. Una legión en Italia, taimada como los áspides de la Reina de Egipto, bella como la anatomía de las bestias que los aurúspices diseccionan con sus dagas de oro. En la toga del Pontífice Máximo florecen veintitrés dalias rojas y la última sentencia dictada retumba en el Senado con la misma precisión que la prosa cincelada en los campos de Marte: "Elohim, elohim. Lama sabaktani”.
1 comentario:
Si la salud, y el gusto lo permiten, estaremos oyendo su voz sobria, poeta.
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