domingo, 15 de noviembre de 2009

Agua de luna

Dicen que han encontrado agua en forma de hielo en la cara oculta de luna, ¿y esto ahora quién nos lo confirma? ¿Los rusos...? Desde que la MIR se cayera al Pacífico como el muro de Berlín ya no hay presupuesto para ir a pillar cubitos para el vodka y todos los botellones se hacen en la Estación Espacial Internacional.

¿China? Pudiera ser... en los hoteles turísticos de Pekín ponen en cada habitación una botellita de agua envasada contra la hipocondria occidental. Ya imagino en caracteres kanji la rutilante etiqueta: “Agua de Luna”. Seguro que haría milagros de fertilidad con este nombre. Y, puesto que habrá que subir a por ella, se podrá vender cara y en cantidades industriales. Aunque sea pirateada, como las aguas del Índico.

Ríete tú de Lanjarón o de Vichy. En la luna no hay atmósfera así que tengo la duda de si podré pedirla con gas que es como a mí me gusta.

Y es que esto de la NASA no deja de ser una empresa de Entertainment que no levanta cohete desde los aciagos días del Columbia así le pongan un aerodinámico Jes Extender.

Si yo hubiera dilapidado 78 millones de dólares en una empresa consultora para averiguar si hay agua en la luna lo menos que puedo exigirle, según se sabe, es que la auditoría diga que sí, que hay agua, que para eso nos pagan. Y ya de paso, hombre, a ver si nos pueden encargar bajar el hielo del cielo, como bajaron la nieve de Ronda para “fabricar” el aerolito OVNI de Dos Hermanas.

Cuando el Apolo XI alunizó en el Mar de la Tranquilidad los astronautas verificaron que el señor Galileo tenía razón en sus experimentos sobre la gravedad, bueno pues ahora parece que también la tenía en lo de los mares selenitas que había distinguido y cartografiado con su telescopio rudimentario. Y es que nada hay más eficiente que trabajar con pocos medios y con el mundo en contra, como Hypatia, según ha demostrado el astrónomo New Age Alejandro Amenábar en su último despilfarro.

Según parece la existencia del agua al otro lado de la luna es muy importante para conocer el origen del Sistema Solar, pero a nadie le debería importar ya el Sistema Solar y menos su origen, bastante conocido. Esto no es más que una coartada para justificar un tránsito publicitado De la Tierra a la Luna y no abordar una necesaria carrera espacial ambiciosa y bien planteada.

Es hora del Gran Salto Adelante, urge ir ya a Marte -esa isla canaria, este Lanzarote del espacio- para preparar una ambiciosa expansión interplanetaria al infinito y más allá apoyados en esta escala imprescindible.

Todo lo que no sea ir a Marte es una pérdida de tiempo y de dinero porque ya estamos en el 2010 y, a la hora presente, la única Odisea disponible sigue siendo la de Homero. ¿Acaso soy yo el único que escucha el zumbido pertinaz del monolito?

En fin, que como la materia no se crea ni se destruye, salvo en las operaciones financieras como hemos sabido recientemente, resulta que el agua que no ha caído por mi tierra durante este otoño caluroso está ahora en la luna, como en una nube.

¡Ah, la luna! Única luz del Cosmos que asuma por encima de los tejados fluorescentes de nuestras ciudades con un halo felino y poético. Yo la veo flotar, casi siempre hacia el Sur, sobre los desvencijados bloques y las azoteas destartaladas de las Tres Mil viviendas, esa otra cara oculta de la ciudad donde ilumina lúgubremente los pinchazos, los tiroteos, el baile heroico al calor de las candelas y los apareamientos furtivos.

¿Y qué pensará de todo esto Eduardo Punset?

3 comentarios:

Olga Bernad dijo...

No sé. Vete tú a saber. Habrá que preguntárselo a J.M.Macías, que es el único al que una voz dentro de su cabeza le traduce al castellano lo que ese hombre piensa en inglés.
Ay, la luna. Ya sin misterio, pronto sin agua.
Muy bueno eso de que, a la hora presente, la única odisea disponible sigue siendo la de Homero;-)
Saludos.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Se la machacará, amigo.

Anónimo dijo...

Qué humor más fino. Muy bueno.

 
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