[16 de diciembre]
Estreno de la sonata para violín y piano de César Franck.
Involuntaria sube la memoria, tensada sobre el arco del violín y la líquida tristeza del piano. Estás otra vez en el desván: hay tapetes en muebles y divanes, maniquíes tocados con sombrero de copa y una lámina de polvo en los espejos ciegos. Pero la música ha abierto las ventanas y ha arrancado la máscara mortuoria del mar. El viento ha dispersado la hojarasca y el recuerdo agita las cortinas como las velas de una embarcación: abanicos de nácar, parasoles de encaje, plata del samovar. Tras el biombo de seda las hormigas arrastran cáscaras de limón seco y migas de magdalena.
Longtemps, je me suis couché de bonne heure…
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