domingo, 20 de marzo de 2011

Cortina de humo

En la dorada California de Obama están muy nerviosos por las nubes radiactivas que sobrevuelan su espacio aéreo procedentes del Japón. Pero no manifestaron ninguna inquietud cuando en 1945 desintegraron, por similar proceso de fisión, la vida de más de doscientos mil japoneses, aunque de esa incineración inmunda y de esa humareda criminal está mal visto acordarse. Ahora que los misiles americanos están impactando sobre lo que queda de Libia conviene recordar los habituales procedimientos diplomáticos de las administraciones demócratas, Vietnam incluido. Lo de las revueltas en el Magreb verdaderamente resultaba raro, pero ya no lo es. Una guerra es la medicina más efectiva contra las crisis desde que el mundo es mundo. Por menos que esto hace ocho años un candidato a presidente de España se quedaba alevosamente sentado al paso de las barras y estrellas, se conoce que la Moncloa reaviva el ardor guerrero y desintegra la vergüenza, si alguna vez la ha habido, que no parece.

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