lunes, 7 de marzo de 2011

La tradición

Apenas podemos aportar nada a esa gran corriente sonora que como una segunda alma ha traspasado la historia de los pueblos, salvo la de ser eventuales y dignos portadores de ese coro de voces superiores. El aprendizaje del poeta consiste, en esencia, en afinar un instrumento para que esa voz antigua resuene con un timbre propio, pero si en ese timbre no late, como un agua remota, un eco de ese himno gigante y extraño, si falta esa cadencia, el resultado no será más que una variación artificial y caduca.

[De "Un Templo en el oído", en construcción]

2 comentarios:

Olga Bernad dijo...

Qué delicada, lúcida, inteligente y poética lectura de la tradición. Y qué poco complaciente.
Enhorabuena.

José María JURADO dijo...

Gracias, Olga.

 
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