En las ruinas

La Diputación de Sevilla ha publicado un precioso librito a cargo del poeta y profesor Jacobo Cortines, "Itálica Famosa", que recoge una prolija colección de poemas y textos cuyo motivo son las ruinas de la que fue Sevilla la Vieja. Desde Estrabón o Julio César hasta Luis Cernuda o Fernando Ortiz comparecen en este breviario todos los poetas y escritores que con mayor interés cantaron "los campos de soledad, mustios collados" que inmortalizara, antes y después que nadie, Rodrigo Caro, de cuya justamente célebre "Canción" se dan las cinco versiones conocidas.  Separados en verso y prosa, los textos de la última parte constituyen la mejor guía para andar por las ruinas, entre ellos destacaría, por su emoción, "Los Arqueólogos", procedente del "Discurso de la Mentira", del inolvidable guardián de verdad y belleza que fue Romero Murube.

Imbuido de esta emoción barroca y clásica, el otro día, a la salida del trabajo, me acerqué de Tomares a Santiponce para ver ponerse el sol sobre "el despedazado anfiteatro" de la Colonia Adriana. Recordé unos versos de Manuel Mantero e imaginé ¿o estaban allí? a mis hijas que jugaban bajo el aire de Roma andaluza. Quede este soneto barroco, esta variación o ejercicio, como recuerdo y homenaje.

SONETO AL “ITÁLICO” MODO A SUS HIJAS, QUE BUSCABAN UNOS PENDIENTES EN EL ATRIO DE LA CASA DE LA EXEDRA. ESCRIBE EN SESO

Variación sobre un tema de Manuel Mantero.

Estas que, en el umbral, breves teselas
ocultan a mis hijas los zarcillos
entre los jaramagos amarillos
y el asombrado azul de las estelas,

diosas fueron, un día, paralelas
a la dura calzada y al anillo
de piedra portentosa cuyo brillo
sepultan hoy apócrifas esquelas.

Aquí Minerva, rota de cipreses
junto a Diana yace, decadencia
de la luna de Roma y de sus meses.

Olvidad, hijas mías, vuestra herencia
esparcida y dorada entre las mieses
pues nada opone al tiempo resistencia.