El 27 de febrero de 1.854, Robert Schumann se arrojó al Rhin desde las sombras de la locura, sólo sobrevivió unos meses más, hasta el 29 de julio. El inmortal autor de las "Escenas para niños", fue reconocido en toda Europa gracias a la incansable labor de su mujer, la virtuosa Clara Wieck.
R. SCHUMANN
(Träumerei)
La muerte, rectilínea, ordena los sonidos, acaricia las teclas a la luz de la luna y hace emerger los negros ataúdes, los carámbanos blancos de la infancia del gran canal helado del piano.
“He venido a matarte”, eso dice la música.
Pero cierras los ojos y ahora estás en un bosque donde cae la nieve, Clara toca sentada en el claro de luna sobre el gran catafalco de las sombras chinescas que proyectan tu vida, oh el coro de los niños y las voces angélicas, la torre abandonada sobre el monte pelado como un si bemol.
“He venido a salvarte”, eso dice la música.
Pero abres los ojos y el hielo te rodea y los dedos de hueso percuten las sombras: columbarios de cuerdas y martillos, los pianos se ahogan en el Rhin.
Un más que magistral Horowitz interpreta "Träumerei" -"Ensueño"- de las "Escenas para Niños" de R. Schumann.
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