viernes, 21 de octubre de 2011

Alberto Carpio Premio Emilio Prados de Poesía

Mis amigos están en racha.


Conozco a Alberto desde que era mucho más joven que ahora, en pocas personas prende la poesía un fuego tan fuerte y tan temprano, tan cierto. A él, que se empeñó, y a las gestiones y desvelos de mi amiga Ana Recio, debo la presentación de la Memoria Frágil en Sevilla, mi primer libro. Cuando casi lo daba por deshauciado ellos lo resucitaron.

Ahora que por fin Alberto va a ver sus poemas en letra impresa nos alegramos con él, compartimos su júbilo y recordamos el envío que al joven  JRJ hizo el gigante azul Rubén Darío:

¡Torres de Dios! ¡Poetas!
¡Pararrayos celestes,
que resistís las duras tempestades,
como crestas escuetas,
como picos agrestes,
rompeolas de las eternidades!

La mágica esperanza anuncia el día
en que sobre la roca de armonía
expirará la pérfida sirena.
¡Esperad, esperemos todavía!

Esperad todavía.
El bestial elemento se solaza
En el odio a la sacra poesía,
y se arroja baldón de raza a raza.

La insurrección de abajo
tiende a los Excelentes.
El caníbal codicia su tasajo
con roja encía y afilados dientes.

Torres, poned al pabellón sonrisa.
Poned ante ese mal y ese recelo
una soberbia insinuación de brisa
y una tranquilidad de mar y cielo...



 Enhorabuena, Alberto.

1 comentario:

Sambet dijo...

Felicidades Carpio!!! me alegro muchísimo por ti y espero que sigas así

 
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