In memoriam
Habla, Musa, recuerda
la singladura de los varones esforzados que galopando a lomos del Saturno V y
sus corceles de fuego, habíalos domado el brazo germánico de Wernher Von Braun,
se elevaron sobre hombros de titanes por encima de la órbita terrestre y,
padeciendo grandes trabajos en su navegación por el espacio, arribaron a los
dominios de Hécate, la de la oculta faz, para besar los gélidos senos de Diana
y hollar el Mar de la
Tranquilidad por vez primera -cumplíase la voluntad del
Congreso y del Presidente Kennedy-. .¡Oh
diosa, hija de Zeus! Cuéntanos aunque no sea más que una parte de tales cosas.
Collins, desde el
módulo de mando, -¡tan lejos y tan cerca de Artemisa!- revisa la cartografía de
la Tierra. Ha
visto pasar los galeones del futuro, sin brújula y sin rosa de los vientos,
rumbo a otras galaxias. Nixon convoca a la humanidad ante los televisores
porque Armstrong y Aldrin están danzando
en la superficie de la Luna.
Han dejado una huella permanente, como una linterna fenicia
que marcara las rutas comerciales de mañana. La cápsula retornará al Océano
Pacífico, pero no despertarán los astronautas que eternamente duermen el sueño
de Endimión, acosados por los hombres naturales, los mercaderes de la
propaganda, los que hacen cuentas y
collares blancos con la máscara congelada de Selene: la que llora cada
noche en el cielo vaciado del poeta.
*****
Li-Po bajó al embarcadero con una jarra de vino, alzó los brazos al cielo y ofreció su copa a la luna, luego apuró un trago largo y se quedó absorto, contemplando el reflejo de la noche entre sus manos hasta que algo extraño llamó su atención: dos hombres diminutos, con un globo de cristal en la cabeza y ropajes blancos y ceñidos, saltaban en el fondo de la copa. Por encima de ellos giraba, suspendida en el aire, una pequeña pagoda de oro. “Verdaderamente he debido de beber mucho", se dijo, "hora es ya de regresar a casa”. La luna llena se mecía ante Li-Po como un inmenso nenúfar, “es solo un pequeño paso para un hombre”. Y posando su breve pie sobre las aguas se alejó flotando por el Río Azul.
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