miércoles, 15 de mayo de 2013

Lope de Vega en los Urales


Hoy se me ha aparecido Lope de Vega vestido de mujik en las bodegas de mi ordenador. Traigo este texto que yo creo que será de hace diez años para no perderlo, poco importará que su inclemente erudición incremente la confusión y el desorden del mundo.

Por cierto, que la Cruz de Novgorod fue devuelta años más tarde por José Bono, pero el cuadro de Lope sigue en el Ermitage, ignoro ahora si vino de turismo con la famosa exposición de los tesoros etc.

Lope de Vega en los Urales 




I 

En diciembre de 1941 se registraron en Leningrado temperaturas inferiores a cuarenta grados bajo cero. El sitio a la “Ciudad Heroica” por la Wehrmacht había empezado el 8 de septiembre y aún se prolongaría hasta el 27 de enero de 1944. Durante 900 días los aviones de la Luftwaffe descargaron más de 100.000 bombas sobre San Petesburgo, la monumental Capital de los Zares y antorcha de la Revolución Soviética, rebautizada en 1924 en memoria de Lenin. 300 españoles, hombres y mujeres, entre ellos algunos “niños de la guerra” participaron activamente en la Defensa de Leningrado:”¡No pasarán!” 

En Octubre de 1941 La División Azul, al mando del General Muñoz Grandes cruza el Frente Oriental acuartelándose en Novgorod junto al río Voljov. 46.000 voluntarios españoles, jóvenes idealistas de Falange y desheredados de la Guerra Civil se alistarán voluntarios. Rebeldes nacionalistas de las Repúblicas Bálticas, oprimidas por la expansión socialista de Stalin, se integrarán también en la ofensiva alemana contra la Unión Soviética. 

La Operación Barbarroja, iniciada por Hitler en junio de 1941, se cobraría en Leningrado el macabro saldo de un millón de muertos, como consecuencia de las acciones militares directas, el hambre y, sobre todo, el frío. 

En 1957 el vapor Semíramis desembarcaría en Barcelona a los 300 últimos divisionarios repatriados. 5.000 de ellos no regresaron nunca, sus cuerpos yacen en Rusia, diseminados en fosas comunes, monumentos del olvido. Tampoco conocemos el incierto destino de todos los españoles que resistieron hasta el final en el cerco de Leningrado. 

II 
En el año 1614 Lope de Vega da a la imprenta las Rimas Sacras y se ordena Sacerdote. El 12 de marzo de este año se dirige a Toledo donde recibe los grados de Clérigo de Epístola y del Evangelio, hospedándose en casa de la actriz Jerónima de Burgos, primero de sus amores “sacrílegos”. 

Durante esta estancia del Fénix de los Ingenios en la Ciudad Imperial, Luis Tristán, discípulo del Greco, podría haber pintado la más universal de las efigies de Lope, cuya autoría por el maestro toledano está fechada en 1614. 

El rostro severo, la mirada triste, no reflejan en este cuadro al Monstruo de la Naturaleza, al comediante desaforado, al poeta bullicioso de vida exagerada y licenciosa. ¿Qué tengo yo que mi amistad procuras? 

Crisis espirituales y la más prodigiosa creación literaria se sucederán durante veinte años. Lope de Vega fallecería en 1635 después de escribir los versos más altos de la lírica castellana del XVII. Las rimas humanas y divinas del Licenciado Tomé de Burguillos son un monumento a la vitalidad y modernidad poética, exenta de retóricas. Por encima de las desgracias que lo acosan (la muerte de su único hijo, la locura y destrucción de Marta de Nevares su amor final o el rapto de su hija Antonia), Lope se convierte en el primer poeta contemporáneo y su obra permanece, resuelta en polvo ya más siempre hermosa. 


III 
En mayo de 1808 estalla la Guerra de la Independencia en la Península Ibérica. Tras las sangrientas represiones iniciales el Ejército de Andalucía, comandado por el General Castaños, consigue infringir una severa derrota en Bailén a los franceses de Dupont. Ante la gravedad de los hechos La Grande Armeé cruza los Pirineos y el 4 de diciembre de 1808 Napoleón Bonaparte entra en Madrid. 

Escaramuzas, cercos y batallas se sucederán de forma interminable durante 6 largos años. A su paso por las ciudades españolas y portuguesas los Mariscales de Francia saquean Iglesias y Monasterios: tesoros artísticos inmensos decoran los salones de París. 

Tras los sucesos del 2 de Mayo se produce la deserción unánime de las tropas españolas acantonadas en Dinamarca. Se trata de 20.000 hombres al servicio de Francia capitaneados por Don Pedro de Caro y Sureda, Marqués de la Romana. Unos 5.000 no consiguen escapar y se enrolan como soldados de fortuna o son obligados a combatir junto con efectivos de los demás pueblos sojuzgados por Bonaparte. 

El verano de 1812 se inicia la Campaña de Rusia, el 12 de septiembre tiene lugar la batalla de Borodino. Los batallones de españoles –hispaniskis-aprovechan la ocasión para pasarse al ejército de Kutuzov, comandante en jefe del Zar Alejandro Primero. Los rusos, finalmente, se repliegan y el camino hacia Moscú queda expedito para el Emperador de los Franceses. Tres semanas más tarde Napoleón abandonará humillado “la Gran Capital de Asia”. La ciudad abandonada arde, los víveres escasean. Aquel invierno, uno de los más severos y precoces en la historia de Rusia, se producirá la mayor tragedia militar del siglo XIX: de los 500.000 soldados de La Grande Armeé sólo 20.000 consiguen sobrevivir al frío. 

El 6 abril de 1814 Napoleón abdica y acaba la guerra en España. Los hispaniskis pueden regresar. 


IV 
En 1814 el banquero holandés William Coesvelt vende en Amsterdam al Zar Alejandro Primero parte del botín de guerra incautado a Napoleón por las fuerzas aliadas. Se inicia la colección de pintura española del Museo del Palacio Imperial de San Petesburgo, el Ermitage. 

Entre los Velázquez y Murillos se encuentra el Retrato de Lope de Vega Carpio de Luis Tristán que aun habría de viajar más lejos. En el verano de 1941, ante la inminente ofensiva alemana, un millón de piezas son trasladadas en tren a Siberia. Apenas dos años antes las obras maestras del Museo del Prado habían regresado a Madrid procedentes de la gélida Suiza. 

Durante la Navidad de 1941, Spanischen e Hispaniskis repiten en el sitio de Leningrado, a más de 40 grados bajo cero, la reciente Guerra de España. La mirada exiliada de Lope, no ve la primavera tibia de Toledo, sólo la infinita de la soledad de la estepa rusa: 

Rigurosos hielos 
lo están cercando, 
ya veis que no tengo 
con que guardarlo; 
ángeles divinos, 
que vais volando, 
que se duerme mi Niño 
¡tened los ramos!
 

Pero no hay ramos suficientes para evitar la tragedia, ni ángeles tutelares que limpien la sangre de la nieve, sólo hay muerte blanca para todos. 

V 
La Cruz Ortodoxa de la cúpula de Santa Sofía, la más bella de las iglesias de Novgorod, la ciudad más antigua de Rusia fue traída a Madrid como botín de guerra y se conserva en la Academia Militar de Ingenieros de Hoyo de Manzanares. 

En 1945 se reabrieron las puertas del Ermitage, el retrato de Lope de Vega todavía sigue allí.




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PS2:El retrato de Lope de Vega todavía sigue allí.


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