“And the fire and the rose are one.”
T. S. Eliot, “Little Gidding” (Four Quartets)
descender al abismo de la rosa
desde la rosa en sí de la armonía
hacia la rosa en mí del corazón?
¿Es más rosa la rosa o menos rosa
en su ingrávido estuche como llama
sobre la hoguera verde de la hojas
cuando es sólo potencia de existir?
Siente ahora a la rosa desangrarse
por el hondo torrente de tus venas,
eres sangre y esencia de la rosa,
su incendio y su ceniza, la sustancia
del lento devenir donde acontece,
en el jardín del tiempo y la materia.
Nada puedes hacer por redimirla
del naufragio profundo de la nada.
Marcha uncida su muerte con la tuya,
hacia el barranco ignoto de los ríos
que arrastran el olvido y la memoria,
más allá de los límites del sueño.
Pero basta saber solo una cosa
para alcanzar a comprenderlo todo
presta oído a la música del ser,
mira el fuego que arde entre ella y tú.
Rosa, (JMJ, Sevilla, 26 marzo 2017) |
2 comentarios:
Precioso poema.
Muchísimas gracias, Antonio.
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