Creo que al mundo le vendría bien reconstruir el viejo armazón monárquico y católico, el que está intentando levantar Rusia, el que prosperará en Irán en unas décadas.
Ni el individualismo trumpista americano ni la colectivización comunista asiática permiten el libre discurrir de las ideas.
Veo a los más "progresistas" visitantes de este muro llevándose las manos a la cabeza, pero lo que estoy proponiendo es un escéptico telón de fondo.
Solo en un marco conservador prosperan las ideas progresistas, ya sean liberales o comunistas, la magnanimidad y censura social de los régimenes conservadores son un cortafuego para los totallitarismos de toda índole, y la escasa resistencia revolucionaria, permite tanto la lucha obrera como la usura capitalista, porque luchando contra algo, la progresía hay que ganársela, es como se hace fuerte una idea.
Pienso que este marco, bajo la especie de la insuficiente democracia cristiana es a lo que aspiraron los padres de la Unión Europea, sucede sin embargo que las democracias devinieron en el estado del bienestar sin un contrapeso de valor.
La crisis de valores es, antes que nada, una crisis derivada de la ausencia de referencias.
Las mejores inteligencias de mi generación, la que todavía coincidió brevísimos meses con el régimen anterior, la que hizo la EGB, han quedado apartadas del espacio público, habiendo sido sorpassadas por polítcos que aún no frisan los cuarente años.
De forma que hemos pasado de Rajoy a Rivera y Casado saltándonos dos décadas.
(A PDRSNCHZ, que es algo mayor que yo, lo salgo de la ecuación porque sujetos así se dan en todas las generaciones, para no cargar la suerte diremos que solo hay una cosa peor que no gobernar para todos, que es gobernar para uno mismo.)
Los cuarentones y cuarentañeras hemos optado por desarrollar profesiones liberales, opositar y, en cualquier caso, por lo general hemos evitado incurrir en política, acaso porque el país funcionaba solo.
Ahora, cosas de la edad y del appFace nos hemos vuelto abuelos cebolletas y enarbolamos la bandera de los valores, de las ideas, pero estamos fuera, por edad y falta de compromiso.
No contábamos con esto, pero cuando nuestros hijos crezcan y lleguemos al medio siglo puede que nos tiente echar una mano para arreglar este desaguisado que es la política del márketing y la sociedad hoy.
Y como me paree que ya he dicho muchas cosas, etcétera.
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