domingo, 16 de marzo de 2025

La Prisionera


Coincidiendo con la inauguración en el Thyssen de la exposición "Proust y las artes", he completado la lectura de LA PRISIONERA y hemos empezado ya LA FUGITIVA.
En paralelo he leído -o releído, aquí sí- parte de la innumerable bibliografía proustiana que había acumulado estos años desde que me detuve en “La parte de Guermantes”.
Emulando a mi querido amigo y maestro Juan Lamillar he adquirido ya el catálogo de la madrileña exposición aun cuando en un par de semanas iré a verla (¡deberíamos organizar una excursión cabal desde Sevilla!).
Esta lectura en dos tiempos, los tres primeros tomos hace más de veinte años y ahora los otros cuatro, creo que ha sido un acierto pues no sé yo si hubiera tenido la preparación moral, espiritual y artística para apreciar el texto posterior a la gran cena en el salón de los Guermantes en toda su dimensión. “Sodoma y Gomorra” es un texto muy duro y desolador, pero probablemente el punto más alto de la escritura proustiana, vuelvo a repetir que si acaso se leyera en profundidad o con fruición sería incluido en el índice del arco iris.
Pocas obras más impolíticamente correctas que las de Proust.
Sí estoy convencido, por lo que escriben tanto estos días, que no mucha gente en nuestro terruño ha completado la lectura completa, si no no emitirían juicios tan triviales, casi siempre vinculados a la pobre magdalena, en rigor un bizcocho en forma de vieira, que por cierto sale otra vez al final de este tomo.
¿Es difícil de leer?
No es una obra recomendable para quienes se aburran en la ópera, sobre todo en las de Wagner (el término de "las muchachas en flor" procede, por ejemplo, del jardín de Klinsgsor del Parsifal) por decir algo, pero cuando uno interioriza la frase proustiana en su extensión arabesca y alambicada sucede el milagro del gran estilo, es decir aquello que hace que a los escritores más complejos, profundos y difíciles, se los lea más rápido, con más interés y emoción que a ninguno, de Homero a Borges.
Aquí no hay elfos ni aliens, pero está todo lo demás: el paisajista, el escritor moral, el humorista, el esteta, el filósofo, el psicólogo, el lingüista, el enciclopedista y hasta, en ocasiones, el teólogo. Se puede leer, además, como novela de intriga o de enredo, el élan narrativo está asegurado y nunca deja de entretener.

Harold Bloom ubicaba a Proust en el punto más alto de la literatura, en la épica. Según su preciosa concepción los cantares de gesta habían mutado en el siglo XX en la novela que contiene la épica de nuestro tiempo.
Si San Agustín se preguntaba "Quid est enim tempus?", "¿Qué es pues el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé, o por lo menos imagino saberlo. Pero si he de contestar a quien me lo, pregunta, ya no lo sé", aquí una explicación.
Esta explicación de la temporalidad fue paralela en el tiempo a la que la física moderna dio con la Relatividad y la Mecánica Cuántica, en esas primeras décadas del siglo XX la inteligencia humana llegó a donde no llegará nunca la artificial, no por lo que tiene de artificial, sino de humana.
Se lee LA RECHERCHE como una "Bildungsroman", como una novela de aprendizaje que tiene la virtud de enseñarnos, en nuestra provecta edad, como aprendimos del “Rojo y el Negro” o de ”Crimen y castigo” y en este sentido nos hace ser adolescentes otra vez, y nos sana de algunas afrentas de la edad y nos prepara para las peores.
El conocimiento que se adquiere, o que se estructura y construye en diálogo con Proust, a quien muchísimas veces no queremos dar la razón ni él quiere que se la demos, nos inviste de una cierta dignidad áulica, nos confiere el superpoder de estar ya de vuelta de todo y eso se nota cuando uno trata con quien, de verdad, ha completado la novela que, siendo una sátira brutal sobre el snobismo, también nos vuelve dandies y snobs.
Cuando la termine, en la traducción que había entonces disponible y que me regaló mi tío Miguel de Pedro Salinas y Consuelo Bergés, pasaré a la que, entonces, estaba empezando en Valdemar su gran amigo Mauro Armiño y que ahora ha re-editado, mejorada, El Paseo Editorial el paseo editorial que es la que se debe leer o incluso comprar.



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