lunes, 17 de noviembre de 2025

Del rosa al amarillo

Ahora militan -es la palabra correcta- en los bandos liberales o conservadores, pero fueron camisas viejas de la guardia roja. Cuentan, para justificarse, que aquella era la forma de oponerse al franquismo, al que en rigor tampoco consta que se opusieran.
Siempre habrá alguien despistado, no digo yo que no, pero no hacía falta ser un lince, ni leer a Solzhenitsyn, para no ignorar lo que sucedía entonces en "Rusia y países satélites".
"Al final la propaganda resultó ser cierta", decía algún alma de cántaro para perdonarse el pecado rojo de la juventud.
"Me too", se dice el corifeo ex-progre de los aduladores, pero lo cierto es que no faltaron -entonces y ahora- españoles que se dijeron: "yo tampoco". Que de tan poco, por cierto, les ha valido, si no fuera que en ellos fue cuestión de coherencia y no de tacticismo interesado (¿y no será esta de ser alguna por cierto la tercera España antes de la de aquellos que han pasado por todas que es la misma?)
El caso es que muchos de aquellos progres hoy reconvertidos siguieron votando socialista hasta ZP y más allá, a alguno incluso se lo vio hiperventilando en las manifestaciones del 11M y no pocos todavía ayer escribían en las gacetillas parroquiales, aprovechando hasta el último euro en la confusión de idiomas que reinaba en la Torre de Babelia.
Los pobres escritores conservadores se han encontrado, después de más de cuarenta años calentando en el banquillo, que la poltrona opinadora la okupan los mismos que entonces, pero en el otro bando.
Dicen que les duele España, pero lo que les duele es la cara de cemento armado. No pasa nada por reconocer lo que todos sabemos, que si entonces fueron rojos y ahora son liberales, ni fue entonces por Franco ni lo es ahora por PSNCHZ, sino por que les convenía y les conviene.
Hay todo un universo de Premios e Institutos Cervantes, de Princesas de Asturias y Academias por explorar, ancha es Castilla, ya la pinten rojigualda o de morado comunero.
Menos en Extremadura, que no pasan nunca, hay trenes que solo pasan una vez en la vida. En el XIX se hablaba de los resellados, en la transición de lo chaqueteros, ¿quién dejará escapar ahora el transiberiano autonómico de los fachalecos?



No hay comentarios:

 
/* Use this with templates/template-twocol.html */