Y su nombre, Francisco, como il poverello.
Tránsito de San Francisco de Asís
El bosque se ha cerrado,
han crecido el olvido y la maleza, un círculo ruinoso determina el espacio
sagrado de los Ángeles. Abierto al aire el vientre de la piedra, despojada la
cripta de sus flores, el recuerdo no encuentra lo que busca, pues la vida no
puede contenerse en el cuenco sin fondo de una tierra amada. El fuego siempre
fue bien acogido -acecha crepitando entre los árboles- que envuelta en humo
ascienda la memoria de todo lo que fuimos al cielo protector que cobijaba
nuestra risa de niños, nuestros juegos, cuando Él pastoreaba nuestras almas.
2 comentarios:
No quiero aguarte la fiesta, pero a mi un papa jesuita que escoge como nombre Francisco me recuerda más a la fábula del lobo con piel de cordero... confiemos en la Providencia.
Pienso más, sin embargo, en aquello de ved que os mando como cordero en mitad de los lobos, esto es el Evangelio, tu observación, Esopo.
Aguardemos.
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