LA MISIÓN
Junto a las flores del
loto, en el estanque congelado de Azpeitia, el Templo de los Antepasados cobija
tablillas de madera funeraria y los soldados de Ygnacio depositan frutas a los
muertos de Confucio, ad majorem Dei
Gloriam. Junglas del Paraguay: Robert de Niro acecha a
los esclavistas de Portugal armado con los mosquetes de la Revolución, el Padre
Gabriel cae abatido con el Ostensorio en la mano, suena la música atronadora de
una catarata sublime por la que Carlos III despeña a
los vasallos vaticanos on earth as it is in Heaven.
De los techos
reventados de la Iglesia
del Gesù de Roma se desploman las
legiones del Papa y sus barcas guaraníes.
¡No
servir a Señores que en gusanos se conviertan! La mano dudosa del
Pontíficie (et tu, Brute?) sanciona el exilio a Bielorrusia
y Pomerania, a mayor gloria de Dios, de Federico II y de la Corte volteriana de Catalina
la Grande.
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