miércoles, 28 de agosto de 2013

Sevilla-Sanlúcar-Mar (I)

Todavía hacía fresco. La mañana de agosto cristalizaba sobre el río y un pequeño tumulto de veraneantes y domingueros se agolpaba en el muelle. Ya humeaba la chimenea del San Telmo. El ruido estrepitoso de la caldera ahogaba la algarabía impaciente de los viajeros que esperaban ilusionados el embarque junto a sus fardos en los que relucían, junto a otros aparejos y viandas, las redondas esmeraldas de las sandías. En la otra orilla algunas barcas terminaban de descargar pescado mientras el sol despuntaba sobre la catedral. Las volutas de los primeros cigarros y el vaho de un café de puchero, servido al pie de la estación fluvial, se entrelazaban como una cenefa con el olor de la carbonilla y las salobres vaharadas de las algas y los peces muertos. 

Aquí y allá menudeaban los vendedores ambulantes trajinando su mercadería de la última hora: agua fresca, higos chumbos, avellanas verdes, billetes de lotería... el canto de los pregones revoloteaba por el malecón igual que una bandada de pájaros barítonos hasta perderse en las copas de las palmeras y álamos. 

Sonó un pitido largo y las palas empezaron a batir la corriente. Los pasajeros cruzaban en desorden cada una de las dos pasarelas según su categoría. Una enorme sandía había rodado hasta el agua dando tumbos por la gran escalera de piedra que bajaba al muelle y una legión de carpas de oro rodeaba ahora la abierta carne rosa como los pétalos de una extraña flor flotante. 

Por fin el San Telmo iba a zarpar rumbo a Sanlúcar. 

[¿Desembocará...?]


Cuba de la Suite Española de Isaac Albéniz, (Piano: Alicia de Larrocha)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bonito. El recuerdo de los antiguos ferrocarriles y sus estaciones siempre me produce una serena alegría, como el de los antiguos cafés y mercados. No sé por qué será.

José María JURADO dijo...

Querido Carlos, algo he debido hacer mal al pintar la estampa porque se trata de un barco de vapor... Lo revisaré.

Gracias.

Sigo las andanzas de tu cachorro Odiseus.

Anónimo dijo...

No, no, pero si lo había entendido, simplemente me evoca todo eso. Es que en mis recuerdos hay más trenes que trenes que barcos :D

Anónimo dijo...

El que no me he debido explicar bien he sido yo en el comentario. Mira el texto que he publicado en el blog y lo entenderás mejor.

 
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