“When
I find myself in times of trouble,
Mother Mary comes to me”
Fueron tres años de éxitos,
tocábamos el cielo
con las manos,
la multitud nos
aclamaba
y llenábamos siempre.
Nuestra presentación
en una boda
extendió nuestra fama:
nos llamaban de todas
las ciudades
y no cabía un alfiler
ni en plazas, ni
explanadas.
Hasta la playa se
quedaba chica.
Nos tiraban de la
ropa,
nos seguían los niños
y los jóvenes.
Era cosa de locos.
No faltaron los
críticos
ni el escándalo público,
pero poco importaba,
porque por fin habíamos
alcanzado la gloria.
A veces discutíamos sobre
tal o cual tema,
pero nunca temimos
que aquello se nos
fuera de las manos.
Nuestro sonido era puro.
¿Y cómo acabó todo?
No estoy aún muy seguro:
antes de la gran
noche
crecía la tensión
crecía la tensión
y la cosa se fue
poniendo peligrosa,
alguien pidió dinero
y quiso abandonar el
grupo.
Pasamos tres días
horribles,
algunos escondidos,
otros de calabozo en
calabozo.
El resto de la historia es conocida:
yo me enteré camino de Emaús.
3 comentarios:
¡Lo que daría yo por haber visto siquiera algo de ese vértigo que ahí tan bien cuentas!
Bravo! Es muy bueno. Enhorabuena
Gracias, Jesús, Gracias, Lutgardo [¿cómo va ese pregonazo?] Abrazos.
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