[Arvo Pärt, "Espejo en un espejo"]
No puedes poner nombre a la tristeza
cuando es tan clara y pura que parece alegría.
Mira ahora tu vida
suspendida en la música
como en una película.
Todos los rostros que te amaron,
y que amaste,
y que amaste,
aparecen, de pronto,
en el tiempo sin tiempo del sonido.
La caricia segura de tu padre,
tus hermanos, riendo en la escalera,
los besos de tu madre y de tu novia,
la mirada de asombro de tus hijas.
Sobre el lento obstinado de las notas
se revela la vida,
frágil como una lámina de hielo
y, al mismo tiempo, eterna.
Así ve Dios el mundo, de una vez.
Espejo ante el espejo, geometría
de instantes y memoria, dime
¿qué nombre pongo ahora a la tristeza?[1]
[1] No puedes poner nombre a la tristeza
cuando es tan clara y pura que parece alegría.
Mira ahora tu vida
suspendida en la música
como en una película.
Todos los rostros que te amaron,
y
que amaste,
aparecen, de pronto,
en el tiempo sin tiempo del sonido.
La caricia segura de tu padre,
tus hermanos, riendo en la escalera,
los besos de tu madre y de tu novia,
la mirada de asombro de tus hijas.
Sobre el lento obstinado de las notas
se revela la vida,
frágil como una lámina de hielo
y, al mismo tiempo, eterna.
Así ve Dios el mundo, de una vez.
Espejo ante el espejo, geometría
de instantes y de memoria, dime
¿qué nombre pongo ahora a la tristeza?[1]
2 comentarios:
Prefiero la segunda versión, con ese corte ¿conceptual? en el alejandrino. Bello texto multidisciplinar, con unos versos iniciales antológicos de aire juanramoniano. Saludos.
Muchas gracias, Ángelus.
Al poema hay que darle otra vuelta, porque el final está aún verde, pero por eso los voy poniendo aquí, vuestros comentarios me ayudan mucho para objetivar los textos, que es siempre lo más difícil para el autor.
Mil gracias, abrazos.
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