domingo, 11 de octubre de 2020

Lugares de paz y oración: Santa María de Jesús

Con textos de Gloria Centeno, Antonio Santos, Pablo Noguera y tres láminas preciosas numeradas de Lola Montero, el próximo jueves 15 se presenta en la carpeta, con cartones dorados y papel al agua florentina.

Se trata del Capítulo VIII de "LUGARES DE PAZ Y ORACIÓN (Hortus Conclusus)" que la Orden de los Caballeros de San Clemente promueve cada año en homenaje a un convento o monasterio de clausura de Sevilla, con el fin de ayudar a sus monjas siempre necesitadas de socorro material en un mundo que ha olvidado la oración.

Este año está dedicado al Monasterio de Santa María de Jesús que cumple cinco siglos. Emplazado en la Calle Águilas, donde nació mi madre, he tenido la dicha de poder participar con mis poemas en este proyecto que nace de la excelencia espiritual, literaria y artística.

Son cinco los poemas que he aportado a la carpeta, aquí os dejo uno, no sin antes encomiaros a que os hagáis con ella: es más que una buena acción.

EN EL CAMINO DE LA CALLE ÁGUILAS

(Con Ángela García-Posada Huelva - Monasterio de Santa María de Jesús)

Mi madre era vecina de esta calle,
nació cerca, muy cerca, de estos muros
y escuchaba la esquila del convento
llamar a la oración y a los oficios.

Los domingos subía a la azotea
de la casa de Águilas, 14
a contemplar los cielos que perdimos.
Desde allí divisaba la espadaña,
la nave y los tejados de la iglesia
y las cigüeñas altas como nubes
sobre las torres de San Ildefonso.
Más al Sur ascendía la Giralda
como el mástil de un barco que surcara
los mares de los siglos de los siglos.

Yo creo que los cielos se transmiten
a través de la sangre y que las calles
roturan corredores en las venas,
secretos pasadizos que conducen
a lugares remotos y paisajes
que apenas entrevemos en los sueños,
hasta que llega el día en que, de pronto,
con toda claridad reconocemos
un lugar en el mundo como propio.

He cruzado el umbral del monasterio,
ahora estoy en el claustro, la alta cúpula
del naranjo proclama la belleza
del cielo y de la tierra reunidos.
Es este mi lugar, en el camino
de la Alfalfa a la Puerta de Carmona,
en la antigua decúmena romana
donde encalló la barca de un fenicio
que fue el primero en escuchar la esquila
tras estos muros que golpea el tiempo.

JMJ

PS: Si alguien quiere reservar una me lo puede indicar por mensajería privada para más información.







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