Ensalada de domingo

Porque uno junta palabras -aunque a veces ni eso-, se sueña artista. Pero entonces, no se sabe de dónde ni como, suena (o resuena) por ejemplo, la Misa Solemnis de Beethoven y ha de hacer uno mutis avergonzado por el foro de la vanidad, esperando a que escampe.

Artista...

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El principal enemigo del artista es la pereza, que no es (o no solo) la falta de trabajo -se puede trabajar muchísimo y ser un absoluto perezoso.-sino aquél movimiento del espíritu que nos lleva a concentrar nuestros esfuerzos en las metas más fáciles o alcanzables.

Así suele ser habitual que un poeta pierda el tiempo haciendo aforismos, que un sinfonista se dedique a las bagatelas musicales o que un novelista se conforme con hacer artículos o ensayos.

Todo con tal de no mirar a los ojos al destino.

Pero un día el ángel flamígero se va y se queda la pereza habitándolo todo, y ese todo era humo y cenizas.

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Cenizas...

Cuando se habla de memoria histórica debería especificarse si se está hablando de la ROM o de la RAM.

Es decir, de la memoria volátil o intercambiable, que permite por ejemplo ahora, olvidar los crímenes de la Eta; o la de la memoria inscrita e imborrable, que es donde están apuntados los fusilados y arrojados en las cunetas, pero también -¡ay y de esto no dice nunca nadie nada con la excusa de que se dijo durante cuarenta años, pero ya han pasado otra vez más de cuarenta!- los doce obispos, cuatro mil sacerdotes y dos mi religiosos asesinados durante las persecuciones de la Guerra Civil.

Así que, por más que se empeñen en halagar a la RAM o evocar solo algunos sectores de la ROM sin un gran acto de conciliación democrática nacional no será posible nunca la paz.

Se suele aducir que el Levantamiento se produjo contra el orden legalmente constituido, pero qué clase de orden es aquel que da un golpe de estado contra la civilización por la vía de la barbarie.

Aquí nadie tiene las manos de la memoria limpias de sangre.