miércoles, 29 de septiembre de 2021

Concierto para dos capas y orquesta

                                                                                                                                               Para Emilio Moreno

Dos virtuosos de la capa se dieron cita el pasado viernes en el Teatro de la Escala maestrante para interpretar un rossiniano concierto alla limone. Toda la gracia expresiva del bel canto se manifestó en el arco templadísimo de sus muñecas. El público alcanzó el éxtasis con la música callada del toreo. Abolidos tiempo y espacio en lances cadenciosos, la camerata musical de la Maestranza y su coral de sol y sombra acompañaron los quites con gracia y armonía, resultando en conjunto una interpretación magistral de una pieza para dos instrumentos única e irrepetible.

Primer movimiento: Andante alla veronica

Juan Ortega, de TRIANA, fue el primero en atacar las notas de esta pieza de silencio y geometría meciendo en el amplio compás de su capote la verdadera imagen del toro que fue ingrávidamente acunado en seis verónicas infinitas. Sobre el anillo de oro de la maestranza se elevó a lo alto un acorde de elipses, el dinamismo invisible del temple hecho geometría y suspensión del cronómetro.

 Segundo movimiento: Adagio sostenuto al galleo.

Siguió Ortega sobre el hilo diamantino de la melodía tirando suavemente de su toro hacia al caballo en una contradanza de encuentros y burlas, en un paso a dos de toro y toreo en mecánica de dulce galleo hasta la raya de pica y tiralíneas, donde embisten los graves contrabajos de la casta brava.

Tercer movimiento: Quitte Maestoso

Desde su alto atril de luna Morante de la Puebla descendió al sereno mar en sombra de la playa y, hundidos los riñones en el plexo solar de su antigua tauromaquia, compuso el barroco rasguido sísmico que hace estremecer las andanadas de ángeles eufóricos. Temblaba la verónica en sus manos como los pliegues de mármol de Bernini sobre el inmaculado mármol de las astas del toro. Allí murió la orquesta y se abismó el coro. Rota la tela de un eterno encuentro.

Cuarto movimiento: Allegro piu expresivo con le ciccueline alla mano bassa

Dos torbellinos de magenta y gualda botánica atravesaron la ancha pradera del Baratillo dejando un rastro granado de rosas fucsias y amarillas. Dos ciclones de polvo de oro y pétalos de lluvia cruzaron hacia el más allá de la belleza, ceñidos a la muerte negra con túnica de raso. Vórtices de color y destino las chicuelinas estallaban en los ojos y en los oídos y fue entonces el éxtasis, el sinestésico Scriabin de los sentidos.

Y luego quedamos solos, hundidos en la nada, en el vacío, en la oscuridad de los relojes, en el tiempo de las oficinas y los chiqueros desnudos.

Sí, pero. Preguntad a Keats: a thing of beauty is a joy forever 

Sí. La belleza es una eterna alegría. 

Imágenes: Sevilla 24 de septiembre Juan Ortega y Morante de la Puebla





No hay comentarios:

 
/* Use this with templates/template-twocol.html */