El otro día estuve en una sala de fiestas en mi barrio, la ilustre Sala Newman.
Hacía tiempo que no acudía a escuchar a mi grupo favorito @lospagafantas y, aunque en honor a la verdad, pagué pocas fantas, porque ya no tiene uno edad para esos trotes si alguna vez la tuve, sí que me dio por contemplar a la juventud, es un decir, porque yo debía ser a mis cuarenta y todos uno de los que bajaba la media.En fin que hice uso de mis superpoderes y os contemplé con los rayos líricos que me permiten miraros directamente al alma o al corazón.
Esto no sucede siempre, pero ayudaba la música y la disposición melancólica.
Lo que vi se parece mucho a lo que viera en el Antiguo Testamento el profeta Ezequiel:
"La mano de Yahvé vino sobre mí y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera".
Dicho sea esto sin ofender, porque no cabe duda de que allí estábamos para mover el esqueleto y las prótesis.
El que agita el fémur y la tibia es @jesus.beades a la guitarra eléctrica, a su derecha, con el cráneo dorado como su saxofón @joaquin_morenop .
No me asustó la visión, porque era más divertida que inquietante. Me hubiera gustado disponer de unos reales de vellón para encargar la representación a Valdés Leal, pero desapareció de Newman in ictu oculi.
De modo que se lo he pedido a la AI, que ¡ay! nos ha retratado así.
Como sé que hoy, víspera de todos los santos, es costumbre festejar las osamentas y quijadas, os dejo por aquí estos cráneos privilegiados y roqueros.
En un roquero, precisamente, se veía en los vídeos del hombre y la tierra a los quebrantahuesos abrevar en el tuétano de las calaveras.
¡Cuán gritan esos malditos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario