Estreno hoy mi mandato anual como Presidente de Bloque.
Ha costado mucho echar al anterior que llegó al cargo pactando una amnistía de las cuotas de comunidad de los pisos del segundo y del tercero, además de favorecerlos con la renovación de pintura en fachada.
Sobre todo desde que pudo volver el inquilino que no había pagado nunca las cuotas y es el que ha manejado los hilos, programando, por ejemplo, el video comunitario.
El anterior presidente hacía además un uso privativo del ascensor, teniendo los demás vecinos que subir y bajar a pata, y aumentándonos la cuota eléctrica.
Su mujer, además, era una frescales, y había negociado por su cuenta el cambio del algunas empresas de mantenimiento, tanto que en el bloque ya la llamaban "la presidenta".
En nuestra comunidad el presidente tiene derecho a vivir en el ático, pero las cosas se le empezaron a complicar cuando se encerró en su piso, porque el hijo de la de la dueña del cuarto derecha le había dicho no sé qué a su mujer y toda la escalera le había seguido la gracia.
Tampoco "la" faltó el respeto, pero él se lo tomó muy a pecho, porque según una comunicado que pegó en el tablón de anuncios estaba profundamente enamorado de su señora y decía estar convencido de que toda la escalera derecha le ensuciaba la ropa cuando la tendía.
Tuvo a todo el bloque en ascuas y realmente pensamos que lo dejaba cuando se fue con el manojo de llaves a departir con el portero, que el pobre hombre no puede pronunciarse ni tiene mando en plaza, pero es a quien todos acudimos por ser el más conciliador y el más antiguo en el cargo, que ya va a hacer los diez años.
Bueno al final se ha conseguido, pero costó mucho, porque aunque los del primero y el cuarto estaban de acuerdo en echar al presidente, se hablaban todo el día a voxes.
Los del cuarto es que han sido siempre muy contestarios y los del primero demasiado educados, me parece a mí.
Pero al final lo de La Presidenta pasó de castaño a oscuro cuando se supo que el jardinero cortaba para ella las mejores rosas del jardín dejando los rosales pelados.
Si de algo estábamos orgullosos en el bloque era de los rosales del portal, casi un emblema del piso, por más que se ciscaran en ellos las gaviotas que pasan en vuelo rasante por el primero.
Realmente a mí me han elegido en un tómbola, en las reuniones de comunidad no aparecía luego nadie y menos a la hora de votar, pero los estatutos de nuestra comunidad, que los del segundo y el tercero quieren llevar a referéndum, dicen que si no se llega a un acuerdo se elija por sorteo del que se ha encargado el portero.
A mí realmente me da mucha pena del portero porque veo muy difícil que su hija herede la portería.
Los del segundo y tercero han protestado mucho mi designación y llevan toda la tarde diciendo que se van de casa y armando alboroto, pero no se ha ido nadie todavía.
No tengo yo la culpa de vivir en el primero derecha.
Y digo yo, que para callarlos un poco, y mantener la paz del bloque algo más tendré que ofrecerles, a ver si así dejan de bloquear el paso de la tubería y trasvase de agua caliente entre el primero y el cuarto.
Menos mal que la mayoría de los pisos son turísticos y con lo que sacamos de ahí en impuestos se puede pagar la cuenta, porque si no, el día menos pensado nos enzarzamos la comunidad en una pelea de memoria histórica.
JMJ
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