En días de tribulación cuánto consuela la lectura de Séneca, el filósofo de la serenidad, el autor, precisamente, de las "Consolaciones".
El primer autor, con Marcial (eres el más grande) de la literatura española, aunque escribiera en latín, ese español primigenio.
La sapiencial y la trágica desde luego. Todo el barroco.
La sevillana "Epístola moral" atribuida al Capitán Fernández de Andrada, uno de los textos esenciales de un posible Evangelio Español, es la traslación al verso de los siglos de oro, de la obra de Séneca.
Veamos este párrafo de "Sobre la brevedad de la vida":
"Ahora, mientras está caliente tu sangre, en la plenitud de tus fuerzas, has de encaminarte a cosas mejores. Te aguardan en este género de vida muchos buenos conocimientos, el apego y la práctica de las virtudes, el olvido de las pasiones, la ciencia de vivir y de morir, el profundo so siego de las cosas."
Y yo, el yo narcificado que sufre esterilmente, como todos, por casos y cosas miserables que se habrá de llevar el desagüe de los días, me adentro dócilmente en el profundo sosiego de las cosas como lo hacía Dylan Thomas en la noche callada.
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