"Querídisima y adorada Pepita de mi corazón"... Han llegado hoy,
justamente en San Valentín, estas postales venecianas fechadas en 1911 que dan
cuenta de un amor desdichado: "no sé cómo decirte que te quiero y que me
estás engañando".
Vienen directamente desde la Belle Époque, pareciera la correspondencia
tóxica y proustiana entre el narrador Marcel y Albertine en "La
Prisionera".
Fechadas en Barcelona, están escritas las cuatro, pero hay más, después de
una tarde juntos, como recopilación de la felicidad y la desdicha.
Enrique duda mucho de Pepita porque acaso duda mucho de sí mismo.
Aunque Pepita lo engañara, que no parece, lo quiso mucho si guardó estas
cartas que la hubieran comprometido ante otros pretendientes.
¿Se casaron?
No es improbable, pero tampoco plausible, a lo mejor las cartas fueron
devueltas, a lo mejor en largas tardes de invierno Pepita recordara sus paseos
y la dicha que no pudo ser.
De ella no sabemos más que lo que él dice y de él que técnicamente es lo
que ahora se denomina "intenso" es decir, un hombre tan ideal como
insoportable.
Pero en realidad estas cartas, como las campanas que están doblando por ti,
hablan de nosotros ciento catorce años después.
Nos fueron enviadas hace más de un siglo y rodarán con nuestra inquietud,
con nuestro amor, con nuestras alegrías y penas, con nuestra candorosa
fragilidad humana algunos años más antes de volver a sucumbir al olvido,
¿podríamos dar más de lo que a nosotros nos dieron?
"Adiós, nenita, piensa que solo vivo para ti".
Postales de Venecia, otra novela que no escribiré.
2 comentarios:
Más JMJ: https://planseldon.blogspot.com/2025/02/la-besaras-por-mi-john-wayne.html
Gracoas!!
Publicar un comentario