Sobre la pila de cadáveres en que está montada nuestra democracia esta película da mucho que pensar.
La vimos en el cine de verano de la Diputación, esta noche la proyectan otra vez, si puedes, no te la pierdas.
¿Y para qué recordar cuando algunas fuerzas políticas llamaban camaradas a los etarras?
Yo miro hacia atrás y España estaba anestesiada moralmente, la verdad.
Nos acostumbramos a los muertos, así que ahora nos toca apechugar, me temo, con parte del fango sangriento por esa lógica corrupta, canalla y chantajista que otorga a quien abandona la lucha armada el prestigio de la legitimidad.
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