viernes, 25 de julio de 2025

La España neumática

No hay calle, ni plaza, ni pueblo o aldea de España donde no percuta un martillo neumático a las 8.00 AM en verano.

No importa lo lejos que viajes o que te quedes en tu casa, ni si te escondes en la ciudad o has huido al pueblo.

Yo me figuro que tener un taladro de estos en cada calle solo se lo puede permitir una potencia industrial de pimera magnitud.

Esto por no hablar de la energía que consume.

Eso sí, por más que se taladra las calles siguen lo mismo con parches y baches como si la cosa consistiera solo en abrir y cerrar porque es verano.

Como si toda la energía de los enmudecidos despertadores se mudara a la obra urbana y civil.

La única explicación que le encuentro es la más de la más inveterada españolidez: una variación sobre la envidia estival por la cual las cuadrillas que veranean en agosto amargan el descanso a los de julio y vicecersa.

Si nosotros no podemos veranear que se fastidien, aquí estamos abriendo la calle para todos, aunque sea para nada.

Porque es llegar el otoño y el martillo neumático emigra como las ciigüeñas.

Los de la REE deberían estudiar cómo reaprovechar tanta energía percutida, porque yo estimo que toda esa vibración, si se reutilizara, daría para alumbrar una ciudad.

También sería interesante, pero difícil por españoles, coordinarnos un poco, porque en un par de veranos habríamos completado el túnel a las antípodas neozelandesas.





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