viernes, 12 de septiembre de 2008

Y para qué los datos

La información nos excede, pero nos falta,
cada vez más, conocimiento. Información
y conocimiento (técnica y sabiduría) antes
podían (con sentido) confundirse. Ya no.
Desde cualquier publicación electrónica
con un simple click podemos verificar
cualquier dato o ampliarlo. Ya no tiene
sentido ser riguroso, que lo sean nuestros
lectores, si les apetece. Que los escritos
se nutran de conocimiento, de alma, de
sonido, cual un magma en que pueden flotar
los datos, verdaderos o no, como material
de acarreo. La curiosidad está al alcance
de cualquiera y ya no dice nada. Usemos
los datos a voluntad para decir lo que
queramos, aunque sean falsos, siempre
habrá un cortocircuito en la web que los
haga verdaderos. Que importe más el para
qué lo decimos y el cómo lo decimos que
lo que decimos. Cualquiera lo puede
buscar todo en Google y saberlo todo es
ignorarlo todo. Y para qué los datos.
Hay que hacerse indiferente a la información,
como al dinero, para alcanzar la plenitud
del conocimiento y evitar la destrucción
a la que llevan la abundancia del "copiar y pegar".

3 comentarios:

alelo dijo...

...para alcanzar la plenitud
del conocimiento y evitar la destrucción a la que llevan la abundancia del "copiar y pegar".


Eso es verdad. ¿No ves?

alelo dijo...

He comentado aquí porque de la última entrada, de las dos alas del poeta, no he entendido nada. Sí, ya lo sé, suspenso otra vez pero mi conocimiento no da para más.

¿No habíamos quedado que esta comuna toscana iba a ser para todos? Pues que sepas que yo no alcanzo... te estás almanqueizando.

Un abrazo virtual.

José María JURADO dijo...

Pues lo de las alas está muy claro, un ala es un verso, el otro al es el otro verso: el que se hunde con la muerte, el que se se alza frente a la muerte.

Te estas toscanizando, Alelo.

Si es que vives pues, al copiar y pegar, ya estarás destruido.

 
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