domingo, 14 de junio de 2009

¿Cristiano? Ronaldo.

Han traído un becerro de oro al que llaman Ronaldo.

Y todavía he llegado a ver a quienes con razones abstrusas manejan cábalas: retornos de inversión y cuentas de resultados, equilibrios de la oferta y la demanda en el centro blanco de las marcas y los estadios impúdicos.

Como si de un becerro de metal pudiera exprimirse alimento de algún tipo.

Y el maná del espíritu podrido y enfangado, tirado en el desierto.

Tendréis lo que adoráis.

Y la cólera de Dios –y de los hombres- será implacable y ciega.

Hoy rompo las tablas de la Ley contra los televisores.

No veré la Tierra Prometida, pero no me dirán hermano vuestro.

1 comentario:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

El becerro no es de oro, sino de soberbia.

 
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