jueves, 10 de septiembre de 2009

Una de OVNIS en el Templo del Cielo

Yo estoy a favor de los extraterrestres, lo que pasa es que no lo puedo decir muy alto porque la gente seria desconfiaría de mí y, en general, me temo que perdería credibilidad en otros negocios de la vida como le pasó a mi paisano Rosso de Luna.

Aunque son un tema recurrente en mis almanaques -por ejemplo: aquí y aquí- quedan camuflados en una visión pseudo cósmica que no es más que una pose a mitad de camino entre la palabrería y la ciencia ficción barroca.

Pero no hay que perder el tiempo con los “Caballos de Troya” de J. J. Benítez o las elucubraciones etéreas de Iker Jiménez, basta con darle un repaso a Homero o la Divina Comedia para darse cuenta de que, de Prometeo a Mahoma, aquí se las han pasado todos subiendo y bajando del cielo en el carro de Elías como quien va en ascensor en hora punta.

En algún momento indeterminado de la prehistoria el monolito se puso a pitar y desde entonces ahora cada día que pasa vamos perdiendo inteligencia. En este último siglo, por ejemplo, estamos cayendo en picado.

Tuvo que ser algo admirable, porque no hay civilización que se precie de serlo que no haya tramitado su Escorial, su Rivera Maya, su Machu Pichu.

En fin, su aeródromo.

La naturaleza para los mismos problemas busca las mismas soluciones, las que determinan las leyes de la física, la proporción áurea, el número Pi y el gen de guardia: y por eso tienen alas los murciélagos, las libélulas, los pájaros del cielo y el Boeing 747.

Y por eso los aeropuertos actuales guardan tanto parecido, por ejemplo, con la explanada de las pirámides o con el Templo del Cielo que es adonde queremos llegar aunque sea en montacargas.

Antes de mi viaje a China desconocía lo que era Tian Tan, allí subía el Emperador para hacer sacrificios durante el solsticio de Invierno y para solicitar buenas cosechas durante la primera luna después del año nuevo.

Bajo el principio de que "el Cielo es redondo y la Tierra cuadrada" que rige la cosmogonía china el templo sigue unas trazas inmemoriales –calculo que de cuando el monolito aproximadamente- cuyo modelo se fue copiando en las distintas capitales del Celeste Imperio.

En la práctica difiere muy poco de los decorados de Encuentros en la Tercera fase: un cohete azul preparado para despegar, una larga pista de aterrizaje y un helipuerto con una piedra en el centro que a su vez es el centro del mundo y el punto de conexión entre el cielo y la tierra donde largos mástiles y velámenes están preparados para ayudar, con sus balizas, al aterrizaje de lo que esté por venir.

En este enlace queda más claro el esquema.

Obviamente ha perdido su función primitiva, aunque sólo relativamente, porque no mentía Marco Polo el otro día cundo me dijo que:

He visto a ancianos ágiles como las garzas bailar dados de la mano alrededor del Templo del Cielo mientras éste giraba y giraba, azul y verde, igual que un cohete a punto de despegar de regreso al cosmos infinito y estrellado.

Los jubilados de Pekín, que son legión, acuden al parque de Tian Tan para bailar y cantar, para jugar al karaoke o hacer tai-chi, con una dorada inocencia impropia de gente provecta, pero que en su caso se explica porque están únicamente haciendo tiempo para el inminente embarque.

En su último libro de poesía -"Desiertos de la Luz"- Antonio Colinas le dedica un poema a Tian Tan, que es lo menos que se puede hacer por China después de doce horas de vuelo y yo mismo, abducido o no, he hecho lo que he podido.

Ahora que han bajado las tasas de carburante y que China está de moda seguro que se convierte en un género literario, como le pasó al Cementerio Militar de Yuste cuando arreglaron la carretera de La Vera.

Creer en los extraterrestres no soluciona, después de todo, nuestros graves problemas Teleológicos, pero al menos amplía el campo de soluciones y abre las rutas comerciales de la imaginación, lo cual no deja de ser una ayuda en tiempos de crisis. “Mi casa, teléfono”, suspiraba E.T., ese gran desahuciado interstelar, afortunadamente rescatado por el crédito de la nave nodriza.

De acuerdo en que es naïf, pero también hay por ahí quien se ha creído lo del Cambio Climático o lo de la Democracia Parlamentaria y vive ufano y feliz, reciclando bolsas de plástico sin hacer daño a nadie.

Por mi parte en cuanto vea las primeras luces en el cielo les aviso, tengan a mano su escafandra.


ACTUALIZACIÓN DE EL LECTOR DE ALMANAQUES

3 comentarios:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Bueno, bueno, bueno.

Cosa seria, para jugar, cosa seria para pensar.

Anónimo dijo...

Ja, ja. Eso de estar "a favor de los estraterrestres" te ha quedado como de conversación de portera. Muy bueno, yo también estoy "a favor" XD

Jesús Cotta Lobato dijo...

Algún día, los que hemos sido abducidos diremos toda la verdad.

 
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