“Si lo quieres es tuyo, ¿acaso no te lo mereces? Pero no le des más vueltas, no lo corrijas más y mándalo ya. Que eres un perfeccionista y el plazo hay que cumplirlo. Sí, cinco copias, con la plica. Tenemos asegurados tres votos. Es un libro fantástico. Te lo vas a llevar por unanimidad, eso va de mi cuenta. ¿De verdad piensas que alguien va a hilar tan fino? Lo que pasa es que tú no te valoras y eres demasiado autocrítico. Ya te he dicho que no le des más vueltas. Mándamelo. Sí, estará la prensa. Tú sonríe y di cosas ocurrentes. Los vas a tener a todos a tus pies. Pero no dejes de mencionarme. Lo mejor es que hables mal de mí. Por cierto ¿has pensado aquello que te dije? Del dinero mejor tratamos otro día. Pero mándamelo.”
Colgué. Me temblaban las piernas. El móvil desgranaba arena del desierto. Abajo se abría el mundo.
Y era horrible.
jueves, 4 de marzo de 2010
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