jueves, 11 de marzo de 2010

Cuaresma (día 22)

Dos ruidos.

Conoces este chirrido. El viento ha roto las ventanas de marzo y abre las puertas batientes de tu casa en ruinas. Giran las bisagras. Los pernos oxidados hacen chascar la madera a punto de partirse en la caída. Ni el fagot ni el oboe acallan el crujido. La cadera de Dios se abisma sobre ti.

Hay una hormiga que cruza tu cerebro de noche. Es una gota obstinada en la cañería rota y golpea el metal como una esquila en sordina, como una bala de plata en la sien del insomnio. Sabes bien lo que anuncia esta campana tenaz. Dos faroles morados, una sábana blanca. Y el alba, que no llega.

Dos ruidos. Sólo dos ruidos. Ni tambor ni corneta.

Las trompetas más claras.

4 comentarios:

José Miguel Ridao dijo...

Me descubro ante esta serie. Es de lo mejor que te he leído.

Unknown dijo...

José maría, hermoso.

Y pensar que ayer fue mi cumple.

Un abrazo.

L.C. dijo...

La señal que va marcando el Muñidor de la Mortaja es ciertamente turbadora. Ver este año el misterio, con las dos imágenes restauradas y recuperada en el Cristo la policromía original, cadavérica, será nuevamente impactante. Motivo eterno de reflexión.

José María JURADO dijo...

Lorenzo, el ruido 2, La Mortaja, claro, el ruido 1, el giro de la Quinta angustia en el aire.

Ramón, felicidades.

Gracias, José Miguel, con más tiempo se podrían perfilar más, pero quizá es mejor así.

 
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