lunes, 16 de mayo de 2011

La feria

La del libro, es la que toca ahora. Durante los últimos años a nuestro gerifaltes se les ha llenado la boca con los extraordinarios resultados de ventas, con la mayor afluencia de público, con la consolidación de un modelo, etc. La verdad es que había mejorado, mucho, tenía buen son, algunas actividades interesantes. Pero como el horizonte electoral está más allá o más acá de la feria, desde el Ayuntamiento han dado un inexplicable recorte a las casetas, aquellas que vagaron de plaza en plaza durante la construcción de un tranvía eléctrico que no es lo que nos vendieron cinco años después... Así, en la Plaza de San Francisco no podrá exponer, por ejemplo, La Isla de Siltolá, pese a haber solicitado los derechos y haber abonado todas las tasas a su hora. La excusa, los recortes presupuestarios, la tijera que, sin embargo, no actuó en el adefesio que sigue siendo la Plaza de la Encarnación, se pongan como se pongan. Como a todo hay que sacarle un beneficio no faltó la fotografía, sin embargo, de los caudillos del politburó con el cartel de Saramago, el pobre, que sigue ganando batallas después de muerto, como un santón laico, con lo bien escrito que estaba "El año de la muerte de Ricardo Reis". Lo que uno no comprende es que no se facilite a una empresa, porque eso es en última instancia una editorial, desarrollar su negocio. Así nos va. Afortunadamente el domingo hay elecciones, no se trata de recobrar los cielos que perdimos (las urnas que perdieron), si no de que el Bildu sevillano no nos imponga, otros cuatro año más, la piqueta bolchevique y carrilbiciclista de unos miles de votos sobre el corazón de una ciudad milenaria.

A los que mandan la cultura les importa un carajo. [PINCHAR]

Algunos de los últimos libros de Siltolá:


 


3 comentarios:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Lo dicho, la vida al revés. Ni alrededor ni puñetas, al revés.
Un abrazo Jurado.

Elías dijo...

Al revés, cuesta arriba y contra el viento.

Abrazos

Jesús Cotta Lobato dijo...

Tristeza, más que indignación, es lo que me produce ver la cultura pervertida por la política o por intereses espurios.

 
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